miércoles, 14 de marzo de 2012

La grandeza europea


Octavos de final de Champions, antaño muro infranqueable, pesadilla recurrente, hoy obstáculo ya felizmente superado. Muchas primaveras pasaron desde la última vez que disfrutamos una atmósfera de partido grande, muchas primaveras sin tener que correr a casa un día entre semana para ver a nuestro equipo batiéndose en alguna noble plaza europea. Muchas primaveras sin sentirnos importantes en el mundo futbolístico europeo, incontables marzos con sabor a julio y su consiguiente mercadeo de fichajes debido al enésimo fracaso en la competición continental, muchas primaveras aguantando las burlas y las risas de los envidiosos que habitan en este país. Hasta que llegó José Mourinho a nuestro banquillo, la meritocracia, el saber hacer, la preparación y el orden mezclado con la improvisación genial.

Fueron demasiadas primaveras sin ver el blanco estandarte madridista ondeando con toda su grandeza en territorios enemigos de alta escuela. Muchas cosas han cambiado, rompimos la sequía que sufría nuestra vitrina y nuestra autoestima; volvimos a unas semis de Champions, tenemos una Liga en nuestra mano y matamos la ansiedad histórica que nos aprisionaba. La afición también ha cambiado, se ha vuelto guerrillera, combativa, contestaria con los hipócritas de la prensa y unificada en torno a la figura de Mourinho. Cierto es que la tibieza y los dudosos comentarios futbolísticos siguen siendo caso común en nuestro estadio y en nuestra afición, el falso pedigrí del ignorante. Pero cada vez detecto mayor oposición a esta actitud de falsa nobleza , cada vez hay mayor recelo de su mediocre “saber”, de sus escogidos aplausos para demostrarse a sí mismos su exigencia y sabiduría. Hoy al atardecer el estadio será de Copa de Europa, es imprescindible rescatar al viejo ogro, al miedo escénico que acojona de pánico al rival y al arbitro. Si nos tenemos que parecer a los griegos actuales, que no sea en su crisis galopante y si en su animosa pasión.

Hoy el estadio y toda la afición madridista del mundo debe ser un solo grito hermanado, un rugir primario en pos de la causa blanca. Esta noche todos debemos ser una hermandad de camaradas, hombro con hombro alentando, empujando a los nuestros y acobardando a los contrarios.

Mañana hace justo un año peleamos contra nuestro mayor rival. Nuestra mente. Enfrentamos los temores existentes en nuestro subconsciente, demonios internos que se fueron agigantando con el paso de los años, encarnándose en rivales de nivel distintos aunque con especial predilección por el Olympique de Lyon. Superamos con éxito nuestra autolimitación.

Hoy toca un rival mucho más terrenal y batible, el CSKA de Moscú.  El Madrid, argumentos futbolísticos en mano, es infinitamente superior al equipo ruso. A la evidente superioridad técnica hay que sumarle el hecho de estar clasificados provisionalmente, lo cual tiene que servir como el acicate mental definitivo para encarar el partido tranquila y positivamente.

Me preocupa el estado de forma de Alonso, en plena travesía del desierto físico. Xabi es un jugador del que todos conocemos su lenta puesta en forma, pero este proceso se está alargando en esta ocasión demasiado. A eso hay que añadirle el vacacional estado de forma de Nuri Sahin y la eterna duda que es Granero. Sin Di María y con Benzema recién incorporado a la dinámica de grupo tras su lesión en la ida, es bastante probable que el ataque esté formado por Cristiano, Pipa y Özil.

En el resto la tónica habitual. Defensa de cuatro formada por Arbeloa, Pepe, Ramos y Marcelo. Es seguro que Alonso y Khedira jueguen en el medio, con la duda personal de si Mourinho se decantará por el centrocampismo de Granero o la verticalidad de Kakà (lo más probable) en el once titular. Esta decisión variará sustancialmente el dibujo del equipo.

Como pueden ver, hay muchos interrogantes sobre el once inicial que va a poner Mourinho y pocas certezas. Tal vez lo único claro a pocas horas del partido, sea la fe en el equipo, en el portugués y en sus magníficos planteamientos.

Hoy el Madrid juega sólo un partido de fútbol, muy importante pero únicamente futbolístico. Las circunstancias son muy diferentes a las que nos rodeaban hace justo un año. El monstruo de la eliminación en octavos fue superado

En la mitología germánica existía un ser, el Doppelgänger. Ver a tu Doppelgänger era sinónimo de muerte. Matarlo es sinónimo de vida. En un futuro hablaremos sobre la datación exacta del renacimiento del Real Madrid, unos optarán por fijarla en el retorno de Florentino, otros (los muchos) se decantarán por el día en que Mourinho puso el pie en Madrid. Pero de lo que no me cabe ninguna duda es que el 16 de Marzo de 2011 fue una fecha clave tras dejar atrás la maldición de octavos. Hoy rodará el balón de la Champions, competimos por nuestro sueño, no contra él. Ahí empieza nuestra victoria.


¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.

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