Si alguien tenía dudas, ante la Real Sociedad quedaron resueltas. El Real Madrid acabó con la Real Sociedad en un partido en el que los blancos encontraron parte de las sensaciones perdidas. Entre Higuaín, Cristiano Ronaldo y Benzema se ventilaron a un contrario muy flojito disparando de nuevo la autoestima tras dos partidos seguidos dejándose empatar en los últimos momentos. Esto será largo, pero a seis puntos es menos largo.
El partido fue prácticamente un monólogo madridista, que encarriló el partido muy pronto con un buen gol del Pipita. A partir de entonces, el esquema de Montanier, cinco defensas, quedó en ridículo. El Madrid llevó todo el juego y ocasiones pero sin acierto en el remate, en una reedición de lo sucedido ante el Málaga.
Con un Varane imperial en defensa, dejando sensaciones de que el Madrid ha encontrado un central que puede marcar una época, los blancos encontraron mejores sensaciones físicas que en partidos anteriores, la etapa de carga ha llegado a su fin y ahora sólo queda ir creciendo. Y con menos plomo en las botas, este equipo vuelve a tener sensaciones de estampida de bisontes.
En ese terreno, el de la estampida, se manejan a la perfección Karim Benzema y Cristiano Ronado. El francés y el portugués, que tardaron en ajustar el punto de mira, sacaron brillo a su capacidad rematadora con dos goles cada uno, sacando petróleo de la falta de intensidad defensiva de un rival que sólo dejó en el Bernabéu el gol de Xabi Prieto, un buen disparo que tocó en Khedira y Ramos antes de entrar, y poco más.
La tranquilidad del resultado permitió, además, que Sahin volviera a jugar, algo que no hacía desde diciembre. Tuvo un cuartito de hora, muy poco tiempo, pero su presencia es una buena noticia para los blancos. También jugó el grancanario Jesé, que dejó muy buenas sensaciones sobre el campo. Y Coentrao, que se llevó un par de broncas del público, que no le perdona el cigarrito cumpleañero ni tiene pinta de que lo vaya a hacer en el futuro. De él depende.
Por cierto, ni rastro de la ovación de gala que algunos medios ‘periolistos’ pedían para Casillas. Indiferencia generalizada, un par de runrunes en sus dos primeras intervenciones y poco más. Pero la imagen que dejó el capitán, enzarzado con Sergio Ramos de camino al vestuario en el descanso sin que se sepa muy bien a cuenta de qué, no benefició precisamente su imagen ante la afición blanca.
Fue el único lunar a una buena tarde de fútbol. El Madrid ha vuelto, lo ha hecho con su imperio del gol volviendo a reencontrarse con la red contraria y manteniendo los seis de ventaja. Y queda una jornada menos.
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.
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