Aquí no vamos a hablar del excepcional historial de Iker
Casillas, todos lo conocemos y no podríamos decir nada que no sepan los
lectores de Madridistas de Firgas.
Lo que nos interesa es el futuro de Casillas. Y eso, sin hacer un gran análisis, podemos
decir que es una incógnita. Intentar resolverla parece imposible pero podemos
dar una opinión.
¿Quién hubiera dicho,
hace pocos meses, que el futuro en el Madrid a muy corto plazo de Iker
Casillas, la leyenda viva del madridismo, estaría suspendida a un hilo?
Solamente Alfred Hitchcock podría haber escrito un escenario
como el que vive el guardameta madrileño. Antes del mundial de 2010, los
críticos de Casillas manipulaban la opinión pública para promocionar al culé
Valdés. Pero al final del torneo, debieron aceptar que el portero madridista
con sus paradas en los momentos claves, se había convertido en intocable.
Casillas salió victorioso hasta de su historia romántica con Sara Carbonero, a
la que después de la derrota contra Suiza, la echaron la culpa de haber distraído
al portero de la selección. Muchos aprovecharon esa ocasión para debilitar a
Iker criticando la falta de preparación profesional de Sara – seamos justos,
luego se ha comprobado que la chica no es muy lista. No lo lograron y el héroe de toda España
coronó, como lo hizo Edmund Hillary muchos años antes el Everest, el techo del mundo futbolístico, levantando
el tan deseado trofeo.
Sorprendentemente, a partir de ese instante, el mito
madridista entró en un laberinto que le llevó a la situación extrema con la que
empezamos este artículo.
¿Qué le ha ocurrido a Iker Casillas?
Vayamos por partes, en lo meramente futbolístico, San Iker,
el que lo paraba todo y realizaba milagros, se fue convirtiendo en un portero
irregular, casi ordinario. Antes, sus “cantadas” eran habituales pero el Santo
las compensaba con grandísimas actuaciones.
Poco a poco, relajado o demasiado seguro o simplemente porque el tiempo
pasa, Iker Casillas realizaba menos milagros y más “cantadas”. A principios de esta temporada la situación
se convirtió en insostenible para su entrenador.
¿Cómo decir a al héroe de España, al mito del madridismo, al
protegido de la afición, que no daba la talla?
Ese fue el dilema de José Mourinho durante meses. Pensamos
que el portugués habló con el portero para provocar una reacción con la que
Iker volviera a ser San Iker. Suponemos que el portero madrileño no lo aceptó.
Estábamos en plena guerra fría entre Mourinho y los medios de comunicación.
Estos últimos, sintiendo que había roces entre el entrenador y el héroe de
España, no lo dudaron y en vez de reconocer que Casillas necesitaba un toque de
atención, se pusieron de su lado, haciéndole pasar por una víctima.
¿Cómo se atreve ese portugués pretencioso y prepotente a
criticar al semidiós del futbol español?
La batalla campal desencadenada por los medios dividía a los
madridistas. ¿Cómo elegir entre el entrenador que ha permitido al madridismo
renacer y el héroe de tantos triunfos con el Madrid y la selección? Nos pedían
elegir entre padre o madre.
Durante esa guerra sucia, Casillas no supo ver lo que era
justo y se dejó deslumbrar por lo que sólo era brillo de hojalata. En
vez de escuchar a su entrenador y concentrarse en los partidos para volver a
ser quien fue, prefirió acercarse a Xavi Hernández, a Puyol, a la prensa anti
Mou, a los que le otorgaron el premio Príncipe de Asturias. No que Iker realizara declaraciones públicas
contra Mourinho, no hacía falta, otros se ocupaban de ese sucio trabajo. Para poder dañar la imagen del entrenador,
los anti Mou necesitaban información confidencial, esa que ellos dicen provenir
del vestuario. Durante un tiempo no
sabíamos quién estaba detrás de las filtraciones que llegaban a la prensa. No podíamos o no queríamos dudar de Casillas
ni de Ramos, ni de ningún otro jugador
del Real Madrid. ¿Entonces, quién era el topo? La duda nos acompañaba al leer
con impotencia los asquerosos titulares de As y Marca, o las traperas crónicas de Diego Torres en el País.
En ese contexto, Mourinho, exasperado por los goles
encajados, pasó a la acción: Adán sería titular. Esa decisión, que todos
comprendimos como un toque de atención al Santo, fue una nueva oportunidad para
que los anti Mou atacaran al entrenador con una violencia descomunal. Resultaba
que Adán, el canterano, no valía. Explicaban que Mou castigaba a Iker, no por
que atravesaba un periodo de baja forma sino porque le odiaba. Y como si fuera
poco, llegaron las declaraciones de Sara
Carbonero a una televisión mejicana: “Lo
que sí es vox pópuli es que los jugadores no comulgan para nada con el
entrenador. Ahora mismo hay división en el vestuario y habrá que ver qué pasa
hasta el final de temporada porque Mourinho tiene muchos frentes abiertos.”
Ya no quedaban dudas. Por la boca de la periodista salían
acusaciones que corroboraban lo que los anti Mou vendían desde meses, dejando a
Iker en muy mal lugar y demostrando lo que mencionábamos antes, Sara peca de
boba. En plena confusión y cuando parecía que Casillas se centraba algo más en
su trabajo, llegó su lesión y en pocos días, la contratación de Diego López.
La primera reacción de los anti Mou fue criticar al nuevo
portero del Real Madrid. No importaba su historial de canterano, que hubiese
jugado con España, que el coste era ridículo y sobre todo que llegaba en el
buen momento (antes de los partidos con Barcelona y Manchester).
Pero el que imaginó este loco escenario, provocó, que el nuevo guardameta fuera uno de los
héroes de la calificación para la final de la copa del Rey y de pasar a cuartos
en Copa de Europa.
Una vez más, los anti Mou quedaban en ridículo (¿cuantas veces
van ya?).
Con Casillas repuesto de su lesión y entrenándose como un chaval que quiere triunfar, nos queda
por conocer el desenlace de este apasionante embrollo.
Creo, que Diego López, por su compromiso en los momentos
claves de esta temporada, merece que Mourinho le mantenga como titular para los
partidos con el Gatasaray, ahora mismo principal objetivo del equipo.
También creo, que aunque el comportamiento de Casillas ha
sido poco elegante en los últimos tiempos, Mourinho debe darle otra oportunidad.
El que fue Santo se lo merece por su historial y por ser un hombre de la casa.
Esta oportunidad, según mi punto de vista, pasa
por jugar partidos de la Liga, donde podrá demostrar su valía y, se lo
deseamos de todo corazón, la calidad que
le llevó a convertirse en el mejor portero del mundo.
¿Y luego, que va a pasar?
La repuesta es de sentido común. Una vez pasada y esperemos
ganada la eliminatoria de cuartos de Copa de Europa, y con Casillas habiendo
demostrado estar de nuevo en su mejor nivel, Mourinho debe olvidar el pasado,
perdonar si hay algo que perdonar y
elegir al que él vea que está mejor y únicamente basándose en criterios futbolísticos. El madridismo quiere
ganar la Décima y hay que poner a los mejores en cada puesto. Eso nos hará más
grandes.
¿Y si Diego López le gana definitivamente el puesto de
titular a Iker Casillas?
Pienso que hay 50% de posibilidades de que así sea. Si se
confirma que Diego López juega de titular por méritos propios y gana la Décima
con el Madrid, Iker deberá felicitar a Diego y a Mourinho.
¿En esa hipótesis, Iker Casillas debería marcharse del
Madrid?
La respuesta es que no. Ha quedado demostrado que Iker no es
un Santo sino un simple humano, con muchísimas cualidades y algunos defectos,
¿quién no los tiene? Iker hace ya parte
de la historia del madridismo, como lo es desde hace mucho tiempo el gran
Alfredo Di Stéfano y como lo será Cristiano Ronaldo dentro de muy poco sino lo
es ya. Por eso deseo que Iker se quede
en el Real Madrid y luche duramente por ganarse el puesto.
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.