viernes, 28 de septiembre de 2012

Golpe a los medios de comunicación podridos


La relación del Real Madrid con la prensa nunca ha sido fácil, ha pasado por peores y nefastos momentos, pero nunca ha sido fácil. Poniendo un ejemplo bastante gráfico es una relación uña-raña, te la quitas pero siempre vuelve.

No se trata esto de un artículo en el que se comente la relación de la prensa con el Madrid, puesto que ya sabemos cómo es. Trato de analizar, brevemente, la otra cara de esa relación: la del Club con la prensa.

Resulta difícil para el aficionado del Madrid desayunar un día con una entrevista de José Mourinho en el As, y sobre todo concedida a Joaquín Maroto. Como resulta complicado leer lo que escribe Alfredo Relaño justo después de ver la publicidad en su periódico sobre la cubertería, el polo, el cubrecamas, las zapatillas, el reloj, etc. del Real Madrid.

Los aficionados gastan, gastamos, tiempo y fuerzas en las redes sociales defendiendo desinteresadamente al Club de los ataques de la prensa, para que luego llegue la comida de Navidad y se recompense a esos periodistas con un iPhone después de invitarlos a comer. Esta es la situación que hoy queremos denunciar, la culpabilidad del club en el trato que nos da la prensa.

Que el Real Madrid es un animal lento y pesado con los reflejos de una persona de 110 años es una evidencia, como se demostró la semana pasada con la tardanza en defender a Jose Mourinho de los insultos de Godall. Hasta tal punto llega la pasividad nula del Club en sus obligaciones que, hasta hace poco, era habitual ver en las tertulias de RealMadridTV a periodistas como Diego Torres o Carmen Colino, personas que atacan al Madrid día si día también sin ningún pudor y con mentiras increibles.

El día que los periodistas plantaron a Aitor Karanka en la rueda de prensa se tuvo que tomar cartas en el asunto, pero en vez de eso se dejó que José Mourinho saliese a quemarse él mientras los responsables de comunicación no sacaron ni una miserable nota de prensa condenando el plante.

La política del avestruz realizada hasta ahora no puede seguir ni un minuto más. Es hora de pasar a la acción, el Club tiene que recompensar a aquellos periodistas que ejercen su labor (informar y criticar sin animadversión). Asimismo hay que apoyar las nuevas formas existentes de comunicar, potenciar tus propios canales de comunicación (web, redes sociales y televisión). Se han de terminar las ruedas de prensa en las que preguntan siempre los mismos cuatro periodistas, esos que están con la escopeta cargada para disparar al mínimo movimiento. Hay que eliminar la venta licenciada de productos oficiales del Real Madrid por los periódicos que te atacan con mala leche.

En definitiva, es el momento de que el Club dé un paso adelante en su relación con los medios de comunicación.

¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Quieren cargarse al padre



 El Madrid empezó, después de 4 años, como campeón de Liga y no como aspirante. No es un tema para tomarse a la ligera. Especialmente si nos referimos al Madrid de José Mourinho. Desde que llegó al banquillo del Bernabéu, y debido a la situación complicada que había (en lo deportivo, y también, en lo de fuera) en el Madrid en aquel momento, Mou se dedicó a construir un discurso cuyo eje principal era un equipo de marcado carácter rebelde y un paternalismo muy acentuado por parte del entrenador. Vamos a explicarlo.

Es posible afirmar que en el año de la venida del mesías portugués se produjo el máximo de competitividad del Barcelona en toda la era Guardiola. Quién sabe si motivado por la llegada de Mourinho a España, por Villa o por una suma de todos los factores, mas el caso es que en la 2010-2011 vimos al Barcelona más fuerte de siempre. Evidentemente, y en estas circunstancias, el trabajo que Mourinho desarrolló aquella temporada (con varios jugadores nuevos, además de los “fichajes” de Marcelo y Benzema,  desaparecidos años antes) adquirió una dimensión colosal. Pero, más allá del habitual esfuerzo por encajar las nuevas piezas, automatizar los mecanismos de defensa y ataque y, en definitiva, inculcar su concepto de fútbol en una nueva plantilla y en una cultura futbolística diferente, el trabajo de Mourinho en sus dos primeros años, principalmente, fue psicológico. Ahí trabajó sobremanera su característico paternalismo para con todos los miembros de su grupo. Se erigió en el jefe protector de una manada compuesta casi en exclusividad por niños dudosos y sin experiencia en batallas sangrientas ya que, con las excepciones de Xabi, Cristiano, Casillas y Carvalho, ninguno de los jugadores del Madrid podía presumir de una inteligencia emocional suficientemente fuerte como para conducirse de manera autónoma en situaciones de alta exigencia. Nace entonces, el discurso de la oposición. El discurso del aspirante. El Madrid de Mourinho se construyó en torno a él.

Y el discurso, que aparentemente sólo se traduce en una identidad extra-futbolística (en los periodistas, en las declaraciones, fuera del césped en definitiva) trascendió a la mera lucha frente a un rival objetivamente más fuerte: el enemigo contra el que ese Madrid se rebelaba no era sólo deportivo, también lo era institucional. Y oscuro. La UEFA, el estamento arbitral, Villar, la RFEF y, lo que más, el discurso hipócrita y mezquino que rodeaba la marcha del Barcelona y que salia directamente de Guardiola. Acumuló, pues, elementos de toda clase alrededor de los cuales todo el madridismo se unió en una causa común como nunca antes lo había hecho.Mourinho se opuso a todo eso, articuló para su Madrid un discurso rebelde opuesto a todo ello, pero la influencia de esto pasó a la identidad del propio equipo: los jugadores dependían emocionalmente demasiado de su entrenador. Con el viento a favor, nada les estorbaba. Eran jóvenes, eran buenos y además ganaban y su autoestima, tanto individual como colectiva, aumentaba (véan los casos antes nombrados de Benzema y Marcelo). Sin embargo, frente al ogro, todo volvía a oscurecerse. Era entonces cuando el padre protector se hacía peligrosamente imprescindible no en la sala de prensa sino ahí debajo. En el campo. Y Mourinho no es infalible. Ante una situación desfavorable, en un contexto de sucia guerra emocional, y ante la imprevista (aunque no improbable) aparición de un elemento desestabilizador del juego (Wolfang Stark, gracias a la UEFA,) nuestros muchachos miraban a la banda y esperaban. Y, de repente, se encontraban indefensos ante un enemigo más poderoso. La identidad de aquel Madrid y su inmadurez emocional se reflejaba, inmisericordemente, en un acobardamiento instintivo frente al equipo dominante cuando el jefe protector Mourinho fallaba (semifinales Copa de Europa, 5-0, 1-3 de diciembre 2011).

¿Qué ha cambiado ahora? Todo. El triunfo en la pasada Liga y, sobre todo, la manera en que se logró, ha dado la vuelta a esta situación que podríamos calificar como extra- futbolística, o emocional. El gol de Ronaldo en el Camp Nou valió más que una victoria, y más que una Liga. Le devolvió al Madrid el mando. Y esta impresión la veo confirmada después de la Supercopa. La inercia competitiva y la serenidad que mostraron los jugadores, contra la ansiedad manifiesta y a la fragilidad mental que ante la Farsa antes les sucedía, me reafirma en mi suposición inicial. Parece que Mourinho y los jugadores lo están consiguiendo.

El principal interés que tenía esta temporada era comprobar si el Madrid de Mourinho podía ser capaz de dar un salto cualitativo en el aspecto mental, ya que  de ello depende en gran medida la victoria final en la Copa de Europa. La madurez psicológica de un equipo, aunque parezca una consideración menor, es de vital importancia en el fútbol de las alturas. Esto es, en una prórroga de las semifinales de la Copa de Europa, por ejemplo. La excesiva dependencia emocional de un grupo de futbolistas jóvenes y en general inexperto con su entrenador se justificaba por la situación de inferioridad deportiva y contextual desde la que empezaba  el Madrid en 2010 respecto al equipo dominante en el fútbol mundial en los tres años anteriores. Mourinho lo absorbía todo, canalizaba las críticas y la ira del vestuario hacia dentro y hacia fuera, pero también ponía al equipo en una inevitable adolescencia emocional que condicionaba la determinación de los jugadores en las situaciones difíciles. Pero el Madrid ya no es el aspirante, el rebelde. La ansiedad por destronar al Barcelona ya ha desaparecido y lo hizo con aquel gol decisivo de Cristiano. Ahora, por fin, somos el equipo de referencia.

Y por ello, han de matar al padre. Metafóricamente, por supuesto. Esto significa que los jugadores deben tener la suficiente confianza en lo que hacen, en sí mismos, para afrontar partidos complicados y panoramas difíciles sin tener que necesariamente mirar al banquillo esperando la solución a los problemas. Mourinho es el mejor, pero también se equivoca. En el grado en que los jugadores puedan solventar los partidos duros por sí mismos, emancipándose del abrazo protector de Mourinho, estará en gran medida la Décima. Entiéndan esto bien: no hablo de una estúpida autogestión, pues eso sería ridículo y desastroso. Y absurdo, estando en el banquillo el mejor entrenador del mundo. Lo que digo es que en los partidos grandes de verdad, como en aquella ida de semis frente al Barcelona o en la prórroga frente al Bayern, quienes de verdad deciden campeonatos y escriben la Historia son los jugadores, y la madurez competitiva con la que se manejen en esas situaciones en donde tanto depende el estado de ánimo y el conocimiento del trabajo bien hecho.

¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.

martes, 25 de septiembre de 2012

Victoria a la adversidad


Pues sí, el Madrid ha tenido que vencer unas cuantas adversidades. La primera es esta Liga tercermundista. En la noche del domingo no pudo jugarse el partido entre el Rayo y el Madrid por culpa de un sabotaje, o eso dicen. Fuera sabotaje o no, es culpa del Rayo y lo más normal habría sido darle la victoria al Madrid, como escarmiento. Pero no, sigamos con el cachondeo, no vaya a ser que los antimadridistas lloren todavía más. Otra adversidad más es la falta de pegada que tenemos a día de hoy. Hacemos ocasiones, pero se sufre lo mucho para resolverlas. Por supuesto no podía faltar a la cita el árbitro, con su tendencia casera cuando el Madrid juega de visitante.

Se volvió al tradicional 4-2-3-1 y de Ramos a la posición de central, que no tuvo un partido especialmente fino, demostrando que quizás su suplencia no es tan inmerecida como los periodistas dicen. En el mediocampo jugó Essien-Xabi. El vasco hizo un partido bastante mejorable, impreciso con el balón y lento en la anticipación; mientras que Essien hizo un partido completo: recuperaciones y participación ofensiva con sus subidas. También jugó Modric, quien día a día le está quitando la posición a Özil, algo falto de forma. El croata fue irregular en su juego y estuvo algo lento de pensamiento, aunque demostró tener más recorrido defensivo que su competidor alemán. Como punta de ataque Benzemá, que aunque no anote goles, casi siempre hace aportaciones interesantes para el equipo. Para mí el francés debería ser titular casi siempre.

De inicio el Madrid tuvo una clarísima ocasión para adelantarse en el marcador, gracias a una jugada a balón parado que remata Pepe a bocajarro. Rubén, como muchos porteros que juegan contra el Madrid últimamente, hizo un paradón, consagrándose anoche. Los blancos habían salido con ganas de marcar, y así sucedió en el minuto 12. Contra iniciada por Marcelo con un genial taconazo para Cristiano, quien ve desmarcado a Di María por su banda. El argentino, con un caño, da un pase de la muerte que Benzema introduce en la portería. Los blancos ya iban por delante en el marcador sin necesidad de generar 20 ocasiones de gol, como en otras ocasiones, lo que obligaba al Rayo a no renunciar a atacar, aunque fuese mediante contras. A pesar de ir por debajo en el marcador, el Rayo no renunció a su idea de conceder pocos huecos en su campo mediante acumulación de hombres, y en caso de verse en desventaja numérica en alguna que otra situación, recurrir a las faltas, todo ello con el consentimiento de Borbalán, quien no dudó en amonestar con amarilla una mano involuntaria de Essien y no castigar la reiteración de faltas del Rayo. Esa "imparcialidad" permitió a los locales abusar de las faltas impunemente, lo que dificultaba que los ataques blancos gozaran de continuidad y sorpresa. La broma del trencilla no terminaría aquí. A pesar de ello el Madrid contó con más ocasiones para aumentar la distancia, pero Rubén impidió que se tradujeran en goles. Los locales también tuvieron una peligrosa doble ocasión, pero Casillas en el primer disparo y Alonso en línea de gol en el segundo, evitaron el empate.

En la segunda mitad el Rayo empezó a atacar con más intensidad, concediendo más espacios atrás que podían ser aprovechados por los nuestros en las contras. ¿Cómo evitar esa pega? Seguro que lo habrán adivinado, con faltas. Total, el árbitro les había dado inmunidad. El caso más flagrante fue el de Lass, jugador que mereció ser expulsado unas 3 veces y que no recibió amarilla alguna. En una jugada le dio tal leche a Pepe, que a punto estuvo de despertar a su álter ego, Pablo, como hiciera Casillas en el partido contra el Valencia. Por supuesto, a pesar de que los locales eran los protagonistas de la violencia, los blancos los igualaban en amarillas. Equidad lo llamarán. La broma la culminó Borbalán anulándole un gol por fuera de juego a Benzemá, quien había recibido en posición adelantada... ¡de un jugador del Rayo! Al final no tuvimos que lamentar esta jugada, pero con 0-1 y Casillas aún existían ciertos riesgos. El linier, supongo que algo avergonzado por la lamentable actuación de su compañero, al menos no se hizo el ciego con una mano dentro del área rayista. Cristiano, como suele ser habitual en él, no perdonó. En el 75, con la entrada de Khedira, el Madrid ganó bastante solidez, impidiendo al Rayo generar peligro alguno en este tramo de partido. Además, obligados por la circunstancia, los locales se lanzaron al ataque, dejando por ende más espacios que permitieron a los nuestros contragolpear con más peligro. Una de esas contras la transformó Özil en gol, pero el linier, arrepentido por su acción anterior, decidió levantar el banderín a pesar de que no existía fuera de juego alguno.

Se le pusieron trabas a nuestro equipo pero las supo esquivar. Cierto es que ganó sin exceso de brillantez; por culpa del flojo partido de Cristiano, Di María y Xabi y de la colaboración del trencilla; pero también es verdad que el equipo apenas recibió tiros a puerta (más vale que sigan así, por la cuenta que les trae) y generó ocasiones de sobra para ganar con mayor diferencia de goles. Urge solucionar los problemas de pegada que tanto nos ha estado lastrando esta temporada, porque si no, con un portero tendente a encajar casi todo lo que va a puerta, vamos a sufrir para ganar los partidos. Una vez solucionado los problemas con el gol y los físicos, volveremos a ser una apisonadora.

¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Día de título y vergüenza



 En la calle Payaso Fofó, concretamente. Allí debía jugarse un trascendental partido entre Rayo y Real Madrid, pero a pocos minutos de empezar  nos enteramos de que el estadio… no tenía luz. El motivo no eran las cuatro gotas de agua que estaban cayendo, sino algo peor: ¡un sabotaje! Todo apunta a que los responsables fueron un grupo ultra del Rayo, Los Bukaneros, que por lo visto no encontraron una forma más inteligente (y menos ilegal) de protestar por la subida de los abonos. Yo soy el primero al que los precios del fútbol le parecen una locura, pero teniendo en cuenta que esta “protesta” entra de lleno en el terreno penal y que jodieron a dos aficiones enteras (en especial a la de su equipo), espero que cojan a estos marginales más pronto que tarde (no debería ser difícil si van siempre al estadio).

Por lo menos parece que no habrá que esperar mucho para ver el partido, que se disputará hoy a las 19:45 (18:45 hora canaria). ¿Puede el aplazamiento perjudicar a nuestro rendimiento? Mou enseñó sus cartas ignorando que no se podría jugar, y eso podría ayudar al Rayo a neutralizarnos, aunque espero que sólo afecte al factor sorpresa. Supongo que se pueden realizar cambios sobre las alineaciones anunciadas ayer, aunque a decir verdad tampoco creo que valga la pena. Resulta interesante la inclusión de Essien, que al parecer tendrá un papel protagonista a poco que se lo permita el físico, y la de Modric, quien parece tener toda la confianza del técnico y ya ha empezado a alternarse con Özil. También resolvimos la duda morbosa de Ramos. En fin, a ver si se juega de una vez y podemos confirmar la mejoría del equipo, para disfrutar unos días de tranquilidad que, sinceramente, ya nos van haciendo falta. ¡¡Que ruede la pelotita en Vallecas!!



Puede decirse que la pasada final de la ACB fue perdida por el Madrid, más que ganada por un Barcelona quemado. Pero el equipo culerdo ha trabajado por regenerarse este verano, trayendo varios refuerzos entre los que destaca Jawai -el eslabón perdido-, que con su altura y tonelaje asusta al más pintado. Sin embargo, ayer el Madrid logró empalmar varias rachas anotadoras, bombardeando con Mirotic, Rudy y Carroll. Sólo tuvimos un cuarto malo, el segundo, durante en el que Jawai, que ciertamente es un mastodonte y que si la coge en los dos metros proximos a la canasta y no tiene a alguien muy encima para marcarlo, es mate prácticamente seguro; éste no se molesta con esas cosas del tiro a corta distancia, que ni se le da bien ni necesita. El ex del Madrid Tomic, por su parte, se hizo pupita en la nariz y no volvió a pisar la cancha, dando la razón a los que lo criticaban en Madrid.

Marcus Slaughter, nuestro nuevo pívot, estuvo correcto pero siempre en un segundo plano, haciendo algún buen mate. Felipe, listo para la NBA, si uno se guiaba por los comentarios exagerados de los de TVE (ayer hizo un buen papel, es verdad). Draper jugó un total de cero minutos y la verdad es que se entiende poco, sobre todo siendo un partido que, si algo necesitó durante muchos minutos, fue pausa. ¿Ha decidido de repente Pablo Laso que Sergio Rodriguez y Llull son dos bases para aspirar a todo? Pues lo lleva claro. Ahora le toca recuperar anímicamente a Draper en la Liga que empieza el sábado, resolviendo el lío que él mismo ha creado. Veremos si para entonces ha llegado Hettsheimer, el pívot brasileño que al parecer hemos fichado. Por sus tatuajes carcelarios deduzco que es un chico muy inteligente y centrado…

Volviendo al partido, quizá la jugada más cagada fue la que cerraba el segundo cuarto: una posesión de 17 segundos en la que Rodríguez tiraba, incomprensiblemente, a dos segundos y medio del final, para colmo sin tocar aro, regalándole una jugada al Barcelona cuando el marcador estaba muy apretado. Apuesto a que Laso no le echó en el descanso la tremenda bronca que se merecía. Afortunadamente logramos recuperarnos y una espectacular racha dejó prácticamente sentenciado el partido a principios del último cuarto, lo cual no quiere decir que llegáramos al final tranquilos. Pero lo peor es que ni siquiera trabajamos para ser un equipo más calmado, porque nuestro entrenador simplemente ignora esas cosas, y es justo esto  lo que provoca que equipos inferiores puedan echarte en cualquier momento, como pasó el año pasado en Euroliga. ¿Tiene talento la plantilla? Toda la del mundo. ¿Tiene cracks? Sí, sobre todo Rudy, el jugador más completo, pero todavía le falta meter miedo en la pintura. No quiero dar la temporada por perdida, pero es necesaria una mejora para creer plenamente en el equipo. Por lo menos ayer conseguimos nuestra primera Supercopa, sin duda un gran empujón moral para la temporada. Ojalá sea el primero de muchos títulos.

¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

El señorío es morir en el campo



Después de la lamentable derrota en Sevilla Mourinho movió el equipo: Ramos al banquillo, uno de los cuatro o cinco ‘intocables’ a nivel deportivo y social. Essien y Varane entran en el once y Mourinho construye un equipo sólido. Había gente que decía que el Madrid necesita asentamiento. Sentirse seguro antes que cómodo. Pepe, Varane, Essien, Alonso y Khedira con Di María, Cristiano e Higuaín.

 Marcelo jugó por Coentrao y once sin Modric ni Özil. Salvando las distancias, el once del Madrid tenía las mismas hechuras que el que se enfrentó al Barcelona en semifinales de la Champions 2010-2011 e incluso que la alineación contra el Valencia tras el 5-0 del Barsa, hace dos años. Partido de poco tanteo, diferencia de goles mínima, construir al equipo desde atrás, un partido dividido en dos mitades, una física y de contención y otra más desatada ofensivamente, etc.

 Casi todo el mundo daba a Coentrao titular por Marcelo. Con la sobrecarga voluntaria en el centro para frenar a Silva y Yaya y dar seguridad al equipo, Mourinho pensó en Marcelo. Marcelo, en forma y concentrado es un jugador espectacular como ya demostró en la temporada 2010-2011. Ayuda en la salida del balón y es posiblemente el mejor lateral izquierdo ofensivo del mundo. La apuesta no le pudo salir mejor a Mourinho. El brasileño, visiblemente fuera de forma y uno de los señalados en Sevilla, se sobrepuso a su mal momento y jugó un buen partido. Se ofreció, no sufrió atrás, y disparó con peligro dos veces antes de hacer el 1-1.

El Madrid juega una muy buena primera parte dominando el juego, la pelota y al rival, pero las contras de Yaya Touré asustaron. Estuvieron a muy buen nivel Arbeloa, Alonso, Essien, Varane. Pepe en un mundo paralelo por encima . Higuaín en otro mundo, pero bajo tierra.

Pero la sorpresa es que primero se adelantó el City. En la única vez del partido que salta el seguro Pepe, Yaya le pone el balón a Dzeko aguantando a Varane y el bosnio marca. El gol llega en un momento de control madridista pero los ánimos no caen y los 22 minutos siguientes al 0-1 se juegan con la extraña sensación que nos hizo sentir que el Madrid era imposible que perdiera anoche.

El Madrid logró empatar pocos minutos despues con un tiro de Marcelo pero las cosas volvieron a ponerse feas en el minuto 86. El gol de Koralov dejó helado a todo el mundo, a excepción de los 10 jugadores de campo, que esta vez encontraron la motivación que no tuvieron en Sevilla. Casualmente, Casillas no reprendió a Xabi Alonso como sí hizo con Di María en Sevilla.

Al final del partido Mourinho juntó a Marcelo, Alonso, Özil, Modric, Di María, Benzema y Cristiano. Di María, fantástico sobre todo en el último tramo del partido le pasa el balón a Benzema, que se gira y marca. Luego llega el extasis con el gol de Cristiano que dejo a lágrima viva a su madre en el palco, y después llegó la celebración de Pepe y al final la de Mourinho.

También quiero hablar sobre Higuaín. El argentino fue importante en nuestra transición de la era de Calderón a la de Florentino y la gente le cogió cariño, pero en el Madrid ha tocado techo. Con él en el campo el equipo juega peor, y Cristiano juega peor. En términos futbolísticos le queda el desmarque, pero luego no marca, o marca a la tercera, como contra el Valencia, o una de cuatro, como contra el Barcelona. Y eso en el Madrid no se puede permitir.

Y para terminar recordar la frase de Mourinho despues del partido: “El señorío es esto, morir en el campo, no filosofía barata”. Como siempre, enorme Mou.


¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.