El último trámite antes de jugar contra los culerdos nos lleva a las islas Baleares, para enfrentarnos al Mallorca. Si ahora mismo me dijeran que nombrara a algún jugador de este equipo sería incapaz, pero sí que conozco al entrenador, Joaquín Caparrós. Y es que los jugadores pasan pero los entrenadores permanecen, algunos mucho más de lo que deberían. Caparrós es un tipo casi entrañable, que tiene la particularidad y mérito de no haber sido destituido nunca a mitad de temporada. Teniendo en cuenta la paciencia y conocimientos futbolísticos de los dirigentes futbolíticos, este récord convierte a Caparrós prácticamente en un santón de los banquillos, guardían de la fórmula para que no te den la patada en el trasero.
Es una historia curiosa la del sevillano, jugador juvenil nada menos que de nuestro Real Madrid en los últimos años de Bernabéu, pero que no debía ser muy bueno, porque colgó las botas con sólo 26 años. Desde entonces, ha logrado hacerse un nombre en los banquillos, montando equipos que podemos calificar de rocosos, aunque los más malintencionados los llamarán leñeros. Aunque ha hecho reaccionar a un Mallorca semidesahuciado, logrando incluso una impresionante remontada en la Copa esta misma semana, el Madrid no va a permitir que le ganen en la isla. Hay una diferencia de 24 puntos en la clasificación y la vamos a hacer valer. Por lo visto quieren hacernos daño por alto, pero Casillas abortará todos sus intentos (ojalá no vuelva a cantar por alto).
Obviamente, el mayor interés del partido está en su condición de previa para la Copa, y podremos ver un equipo parecido del que jugará el miércoles (o no). Hay cierto consenso en que Pepe debería jugar de mediocentro, y yo personalmente lo probaría ahí esta noche, pero es cierto decir que Mou es bastante impredecible. Vuelve Sahin a la convocatoria, aunque ya es oficialmente un caso de melancolía del Madrid, como lo fueron en su día Sneijder, Robinho y otros. Aún confío en que alcance el lugar que le corresponde, pero no será antes del partido con la Farsa. Vuelve también Di María, en el mejor momento posible. La consigna debe ser jugar fácil y lograr dos goles rápido, que no se lesione ni expulsen a nadie, y llegar en las mejores condiciones posibles al miércoles.
Para terminar esta previa quiero recordar a Miljan Miljanic, el hombre que relevó a Muñoz en el banquillo, y que suena a Madrid añejo y bueno, de la escuela yugoslava que tan bien casa con nosotros. Ay, si hubiéramos tenido más Miljanic y Boskovs, y menos Juandes y Schusters. Descanse en Paz mister.
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.
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