El estadio Santiago Bernabéu será mañana una olla a presión para
recibir al Bayern en la vuelta de las semifinales de Champions. No hay entradas
desde el final de la semana pasada y el triunfo en Barcelona ha subido el ánimo
de la afición blanca hasta límites insospechados hace no demasiado tiempo y el
público madridista no le fallará a su equipo.
El ambiente será impresionante. No es sólo porque sea la
vuelta de unas semifinales de Champions, la 23º en la que participa el club
blanco en toda su historia (más que nadie) con trece clasificaciones para la
gran final, o que enfrente esté el Bayern, el rival europeo que más motiva a la
afición blanca: con la Liga prácticamente en el bolsillo, esperando certificar
matemáticamente el título ya que el rival parece haber entregado la cuchara, la
euforia se ha desatado y todo el madridismo sueña con un hipotético doblete.
Precisamente eso, evitar la euforia desmedida que se vivirá
en la grada, es algo en lo que está haciendo especial hincapié Jose Mourinho.
El ambiente que vivirá el público va a ser vital para conseguir darle la vuelta
al resultado (2-1) de la ida y así lo considera el entrenador portugués, que se
ha desgañitado toda la temporada pidiendo apoyos como el que recibirá mañana,
pero Mou quiere que sus jugadores mantengan la cabeza fría.
Esa será una de las claves del partido del miércoles ante
los alemanes. Cualquier despiste, cualquier exceso de triunfalismo, puede
condenar al equipo durante todo el partido. Mourinho sabe que para evitar que
el Bayern marque durante los al menos 90 minutos que durará el encuentro hace
falta concentración máxima y no dejarse arrastrar por despistes a los que la
euforia desmedida puede condenar a algún jugador.
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.
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