lunes, 9 de abril de 2012

Clos y Guaita



Dicen que el Real Madrid tiene una pegada descomunal y que los árbitros le favorecen. Pero contra el Valencia perdonó lo que no se puede perdonar y encima Clos Gómez, el de los trece fallos ante el Sevilla, se la lió al equipo comiéndose tres penaltis en área del rival. Resultado, 0-0 ante el Valencia, cuatro puntos de ventaja en la tabla. Pero si ni siquiera atracando al equipo en el Bernabéu se pierde, es que la cosa no es tan grave. La Liga pinta más blanca aún pese al empate.

El Valencia salió a defender el empate como si le fuera una paella en ello. El Madrid intentó buscar el gol de todas los maneras posibles en el primer tiempo, pero la presencia del tridente Hig-Ro-Ben fue insuficiente para matar a los de Emery. El juego del Madrid, con Khedira y Alonso demasiado alejados del área rival, iba demasiado por el centro y se descuidaban las bandas, lo que permitió al equipo ché poder cortocircuitar a los blancos.

El Madrid dependió excesivamente de un Cristiano Ronaldo que dispuso de las mejores ocasiones en el primer tiempo, un trallazo al palo y un cabezazo en área pequeña que iba demasiado alto y alto se le marchó, y de un Benzema demasiado alejado del área y cuyos destellos, excepto en un taconazo al portugués en una jugada que pareció o bien penalti o bien cesión, eran demasiado lejos de Guaita.

El Madrid, además, fue incapaz de cogerle el ritmo al partido debido al malisimo arbitraje de Clos Gómez, extremadamente “cabrón” con los blancos y obviando la gran cantidad de pérdidas de tiempo y faltas tácticas de los valencianistas, que pese a todo se encontraron con un par de buenas oportunidades a la contra.

Fue una primera mitad extraña, porque mientras el Madrid cada vez mostraba más signos de partirse en dos, el Valencia, en vez de notar el esfuerzo, se vino arriba. Así que Mourinho, en el descanso, decidió meter a Di María por un mal Higuaín para tratar de enganchar mejor las líneas y que el equipo no se le partiera.

Lo consiguió a medias el técnico madridista. Di María ejerció de microondas, revolucionando el partido hasta el máximo, pero el Madrid se tropezaba un y otra vez con el árbitro, hasta tres penaltis no pitados en área valencianista, y con la mala suerte, como en un doble remate de Benzema en área pequeña que sacó Guaita encomendándose a todos los santos. El Madrid, sin embargo, sufría atrás, como en un tiro del Tino Costa al larguero y en un disparo de Mathieu que cruzó en mucho ante Casillas.

Mou había puesto ya toda la carne al asador, daba igual perder que empatar a cero. Kaká por Khedira y el Madrid insistiendo una y otra vez, pero con algunos jugadores, el caso de Xabi Alonso y Özil, que acabó sustituido por Callejón, con los plomos fundidos, y con un Benzema excesivamente fallón en el remate. Ya en el descuento Di María tuvo el gol pero se la tiró a las manos de Guaita.

Es cierto que el panorama no está tan claro como creíamos hace un mes, pero seguimos siendo líderes y dependemos de nosotros mismos. Confío totalmente en este equipo, y lo único que me preocupa es esa fortaleza mental en los minutos decisivos, la que a partir de ahora hay que tener. Espero que el partido de ayer suponga uno de esos aprendizajes significativos que nos haga crecer para devorar a todos nuestros rivales.

¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.

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