Dicen que Higuaín se nos va del Madrid, para ser estrella
internacional, liderar un proyecto y jugar siempre. Habrá quien diga, con
razón, que ya es estrella, y que dónde va a a estar mejor uno que en su casa, que
eso es el Madrid para el Pipita. Pero los jugadores ambiciosos siempre quieren
más, y su decisión es comprensible. Para mi sorpresa, he notado bastante poca
preocupación entre la afición por esta más que probable marcha, y de hecho no
pocos se alegran por la gran cantidad de millones que nos darían (se habla
incluso de 50 millones). Incluso algunos califican al argentino de jugador
amortizado y prescindible.
Ha habido siempre una cierta incomprensión con Higuaín que
no acaba de cuadrarme. En sus primeros años se le acusaba de jugador fino pero
mal definidor, aunque tenía la virtud de marcar en momentos decisivos, y más
tarde, cuando se puso más cuadrado y empezó a meterlos como churros, se le acusó
de goleador eficaz pero torpe. Es curioso, porque viendo sus vídeos cualquiera
puede observar que, sin ser un fino estilista, siempre ha tenido una técnica
bastante notable, además de combinar bien e interpretar correctamente el juego.
Es muchísimo más jugador de equipo que nueves importantes madridistas como Hugo
Sánchez o Zamorano, que hacían del golpe final la razón de su presencia en el
campo.
¿Por qué este cierto pasotismo hacia Higuaín? Quizá sea por
su gestualidad engañosa, que sugiere menos habilidad de la que tiene; quizá por
estar un punto por debajo en lo técnico de jugadores como Özil, Di María,
Cristiano o Benzema; quizá por cierta tendencia a desaparecer si está muy
marcado, costándole hacerse sus propias jugadas. El caso es que veo pocas
lágrimas por su marcha pero se recordará más a Higuaín en la grada del Bernabéu
que en las conversaciones de calle. Y es que este jugador sí que era madridista
desde pequeño, y además se convirtió en estrella en el Real, cosa rarísima. Lo
dejamos ir sin más, pero quién sabe si pronto tendremos que verlo jugar frente
a nosotros, y temblar ante su eficacia.
Sí, el Pipita Higuaín tiene unos números escandalosos, y su
marcha sólo se debe a que está en un equipo grandioso, donde incluso jugadores extraordinarios
tienen problemas para hacerse hueco. Creo, sin ir más lejos, que es mucho más
jugador de lo que fue nunca Raúl, y que de haber llegado en otra época, o de
seguir en el club, habría hecho mucho más de lo bastante que ha conseguido. Que
sea muy feliz en Francia, entonces, y benditos sean los moros, que han
reanimado un juguete -el fútbol- que funciona mucho mejor con dinero. Ahora
empezarán las mentiras sobre altas y bajas, y es que con la consecución de la
Liga se abre oficialmente la Temporada de la Compra/Venta, un espectáculo de
suposiciones y mentiras (y algunos, muy pocos, aciertos) que durará hasta
Agosto, salvo que antes salga un comunicado del club dando la plantilla por
cerrada.
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.
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