El Real Madrid vuelve a la competición de Liga después de la derrota ante el Barcelona hace ya una semana. El partido de Copa del Rey contra la Ponferradina sirvió para borrar ciertos fantasmas que asolaron a los jugadores, pero por la conocida facilidad de ese encuentro, el verdadero test es hoy contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán.
Aunque el equipo de Marcelino no está teniendo una buena temporada, los partidos en el Pizjuán son siempre complicados. El año pasado, no obstante, el Real Madrid consiguió dos victorias en sus dos visitas al estadio, una por 0-1 en Copa del Rey -aquel gran gol de Benzema- y la otra en Liga con un contundente 2-6.
Si hay algo de lo que no se puede dudar en el futbol es que Mourinho no dejará a sus jugadores dormirse ni deprimirse tras el Clásico. Así se interpretan los mensajes que ha dado el portugués en rueda de prensa recordando tanto a los aficionados del club como a sus jugadores que son líderes pase lo que pase hoy.
El Sevilla es un equipo que está rindiendo por debajo de su nivel esperado. La lesión de Negredo –que ahora competirá salvajemente con Soldado por la plaza de delantero en España después de la lesión de Villa- ha afectado muchísimo al equipo de Marcelino.
Sus dos extremos, Navas y Perotti, han rendido a un nivel muy por debajo de lo esperado. Que Jesús Navas era un jugador sobrevalorado era algo obvio, pero intentar hacer ver este hecho ha pasado a ser redundante por el mismo desplegado por parte del andaluz en los últimos dos años.
El Real Madrid realiza muchas contrataciones equivocadas, sin duda, pero los aficionados están todavía agradeciendo a Dios o a cualquier responsable el no haber fichado ni a Navas ni a Ribéry cuando ambos sonaban para el equipo blanco por un precio superior a los 50 millones de Euros.
Cuando un equipo se plantea la contratación –y vuelta- del siempre talentoso pero problemático José Antonio Reyes, evidencia sus problemas, y más todavía si sus supuestos mejores jugadores ocupan la banda, sitio donde Reyes se suele encontrar más cómodo.
Por tanto, los jugadores más peligrosos del Sevilla son Negredo y Gary Medel. El chileno es un perro de presa de gran categoría que seguro tendrá el cometido de presionar al centro del campo madridista para dejar jugar lo menos posible. En este sentido, el partido del jugador encargado de jugar en la mediapunta será clave.
En principio, Mesut Özil será el elegido para jugar y crear juego, pero si el alemán continúa con su baja forma mostrada durante este primer tramo de la temporada, Mourinho no dudará en poner a Kaká para aprovechar los espacios que deje una defensa del Sevilla que estará más cansada en la segunda mitad.
Lo normal sería que el resto de posiciones fueran ocupadas por el equipo “de gala”,l Benzema, Di Maria y Khedira en las posiciones más dudosas. Si Arbeloa no está listo todavía para jugar un partido de estas exigencias, Lass será el encargado de jugar en el lateral derecho, ya que Coentrao es baja de la convocatoria por lesión.
Pese al partido en el que consiguieron mantener su portería a cero contra el Barcelona, la defensa sevillista es seguramente su punto débil, por lo que todo parece indicar que el Madrid conseguirá perforar la portería de Javi Varas. La clave, por tanto, se encuentra en conseguir frenar a Negredo y sus acompañantes, una misión que resultará mucho más sencilla si el siempre estilista Kanouté no participa en el partido como titular.
La completa recuperación mental del equipo pasa por obtener una victoria relativamente cómoda ante este complicado rival, que permita así a los jugadores blancos volver a ser conscientes del elevado nivel futbolístico que realmente han alcanzado a lo largo de esta temporada.
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.
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