No hay nadie que no sepa ya, a estas alturas, que el
Barcelona trató de criminalizar a Pepe grabando un vídeo personalizado, como se
hace en las bodas con las novias, basado en el guión de sus actuaciones en el
maratón de Clásicos de la primavera de 2011.
El vídeo, guardado en un portatil y, según fuentes palmeras,
escondido en un cajón del despacho de Guardiola, dejaría en evidencia a Pepe,
poco menos que el primo carnicero de Hannibal Lecter en la mente de un club que
ya ha olvidado el corte que practicaban, por poner dos tiernos ejemplos,
Migueli o Stoitchkov. Pero de repente, ante las burlas públicas por las malas
artes empleadas, el vídeo no existe. Ha desaparecido. La Farsa, en su huída, se
ha llevado puesto a todo el diario Sport, que dedicó editoriales y columnas de
opinión de los fanáticos defendiendo la existencia del vídeo. Somos amigos
hasta donde yo quiero, pero después te destripo y como se que vas a seguir
meneándote como si fueras una cola de lagartija me da igual.
Y a mí, que soy un sentimental, me da pena que no exista,
como dicen ellos, ese vídeo de Pepe. Verdadera lástima. Si Pepe hubiera sido
grabado por las cámaras espía culés (no sé cuántas irán con el primer equipo, pero
el Real Madrid Castilla-Farsa B fue grabado por dos cámaras manejadas por
cuatro señores disfrazados de piña colada desde el doble techo del estadio Di
Stéfano, dos. Y eso que es el segundo equipo) hubiera sido magnífico.
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario