miércoles, 13 de febrero de 2013

Tenemos una misión


El caminar de esta temporada ha sido como un peregrinaje, largo y más bien poco apacible, en el que pocas paradas tenían verdadera importancia. Sin ir más lejos, nos ha tocado esperar dos larguísimos meses a que se reanudara la Liga de Campeones, por culpa de un calendario auténticamente demencial, que parece hecho por una banda de ineptos cegados por la estupidez y la codicia (ah, esperad, es que ése es precisamente el caso). Pero ya tenemos aquí los Octavos de Final, que jugaremos contra el Manchester United, un rival con mucho nombre al que nos vamos a pasar por la piedra.  Sí, por la piedra.

¿Por qué estoy tan seguro? Porque para el Madrid, lograr la Champions 2013 es mucho más que una simple cuestión deportiva. Es un mandato, una MISIÓN, y nada es más poderoso que un individuo o un grupo convencidos de que están destinados a hacer algo. Es el espíritu que nos llevó a conquistar América con un puñado de marineros asilvestrados. Algo bastante interesante es que el Madrid, generalmente, ha logrado sus grandes proezas en condiciones adversas. Afincado en el país del “Que inventen ellos”, va el Madrid y se inventa la Copa de Europa, competición que se sigue celebrando y es la más prestigiosa y difícil del planeta futbolístico (mucho más que la broma veraniega llamada “Mundial de fútbol”). Y no sólo inventó el torneo, sino que lo ganó brillantemente cinco años seguidos, y tuvieron que frenarlo por métodos más bien oscuros (hola, sres. Ellis y Leaf).

Podría decirse que en aquel entonces había unas condiciones más o menos favorables: un presidente genial, un pais que luchaba por crecer, un ambiente de trabajo y honradez tanto en el club como en la sociedad… pero mucho más tarde, en los 80 y sobre todo los 90, el club siguió ganando, en circunstancias mucho menos propicias. Lo he dicho más de una vez: las Champions de los 90 son casi inmerecidas, fruto en buena parte de casualidades afortunadas, no de una organización reconocible como club. Esa Séptima, ganada con un entrenador de paso como Heynckes y un presidente chalado como Sanz; o la Octava, con Del Bosque aterrizado a mitad de temporada. Tan sólo en la Novena -primera y única de Florentino- se percibe alguna estrategia deportiva reconocible.

El caso es que, con condiciones favorables o sin ellas, con organización buena y mala, el Madrid se las apañado para llegar a la cumbre más veces que nadie. ¿Cómo fue eso posible? Yo os lo diré: es un puto milagro. No tiene mayor sentido racional, y sin embargo ha ocurrido, y seguirá ocurriendo. Que cada uno le dé el sentido que quiera, pero para mí el mensaje es éste: los malos al final serán derrotados. ¿Análisis del partido? ¡¡No tengo ni puñetera idea!! Sé que el Manchester tiene a Van Persie, Rooney y dos o tres más buenecillos, y nuestros doctos analistas dicen que su defensa es más bien pobre, pero que lo compensan con ayudas y esas cosas. Pues vale, yo sólo sé que nos los vamos a pasar por la piedra.

Ignoro quién va a jugar por el Madrid, y es más, me la sopla. Hoy día podéis ver por twitter repetido miles de veces el acrónimo LQDM y me remito a él nuevamente: Lo Que Diga Mourinho. Incluso con Albiol de delantero centro creo que hoy saldremos victoriosos. Y hasta jugando a puerta cerrada, sin público (¡¡de hecho, seguramente sería mejor!!). Tan sólo pediría no alinear a tontos, porque soy un sibarita y detesto a los tontos, así que para mí no tener a Casillas será una ventaja enorme. Ganaremos, contra todo y contra todos, porque eso es lo que somos. Y al que no le guste, que reviente.

¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.

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