Las bajas hacían esperar un once con bastantes novedades, y
así fue. La principal sorpresa fue que se quedaron en el banquillo Di María y
Benzema, entrando Kaká y Morata. Sobre el brasileño, últimamente parece que su
único papel es dar refresco a los titulares en partidos de menor nivel.
Evitaremos, por doloroso, calcular cuánto le cuesta el minuto jugado al Madrid.
Sobre Morata, probablemente el mal momento de los delanteros empujó a Mourinho
probar esta solución canterana. Desde luego era el día donde hacer el
experimento. Salimos con D.López en portería, la deseada pareja Varane-Pepe en
el centro de la defensa (7ª vez que coinciden como titulares desde que están en
el Madrid, 4ª esta temporada), jugando el francés por el lado habitual y
pasando Pepe a central izquierdo.
Los primeros minutos sumaron empuje y acierto. Tuvimos una
salida fuerte, como suele ser habitual en el Bernabéu, y al contrario que otras
veces aprovechamos las situaciones de gol que fueron surgiendo. Morata abrió el
marcador a los 3’, al empujar a la red un servicio de Özil. En sólo 180
segundos el delantero del Castilla había igualado la cantidad de goles (uno)
logrados por Higuaín y Benzema en los últimos cinco partidos oficiales. Morata
podrá llegar o quedarse, pero lo que está claro es que está teniendo
oportunidades. A los 12’, una falta en el ángulo derecho del área ganada por
Ramos fue rematada precisamente por el sevillano a centro de Özil. La conexión
entre estos dos jugadores sigue su curso: seis de los últimos siete goles de
Ramos llegaron tras asistencia directa del alemán.
Todo parecía encarrilado hacia una goleada de escándalo. Los
vallecanos, siempre muy adelantados por indicación de su entrenador Jémez, iban
camino de una derrota sin renunciar a sus principios. Pero fue entonces que Ramos
decidió, tras haber marcado un gol, estropear por completo su actuación, y por
ende el partido con una expulsión absurda. Es cierto que la primera amarilla
(una falta anónima en mediocampo a los 17’) se la saca completamente de la
manga el Sr. Paradas Romero, pero la siguiente, llegada un minuto después fue
una acción inadmisible para un jugador de la experiencia de Sergio. Un centro
que es tapado con una clara mano a lo Salgado hizo que la segunda amarilla,
pese al momento del partido, fuese inobjetable. Existe un atenuante a la
tontería de Ramos, y es que en este 2013 alguien debió darse cuenta de que
durante la primera parte de la temporada no estábamos siendo lo suficientemente
castigados: siete expulsiones en 11 partidos entre Liga y Copa, algo demencial.
¡Pero precisamente por eso no podemos dar pie a ello! El caso es que tener que
afrontar 70’ en inferioridad obligó a Mou a reestructurar el esquema, saliendo
Morata y entrando Albiol para de lateral. Un cambio a mi parecer justificadísimo,
pues ya habíamos hecho el trabajo ofensivo y tocaba conservar esa ventaja
durante un largo tiempo.
Los minutos en inferioridad cambiaron la cara al partido: el
Rayo se hizo con el balón y el Madrid se dedicó a tapar huecos y buscar las
contras. Nuestro trabajo defensivo fue generoso, y durante todo el partido el
equipo visitante se vio incapaz de crear peligro, pese a quedarse con ese
premio de consolación llamado posesión. Tampoco inquietó mucho el Madrid, y de
ahí al final se contabilizaron pocas ocasiones claras. El mérito del Madrid se
trabajó en una zona defensiva sólida y sin conceder errores.
Sobre el arbitraje, sabíamos que Paradas Romero es un dolor
de muelas como árbitro, y ayer lo volvió a demostrar. Insufrible concierto de
pito del malagueño, sin obedecer ningún criterio a la hora de señalizar faltas
o sacar tarjetas, ignorando la existencia del concepto “ley de la ventaja”,
mostrando condescendencia ante el piscineo vallecano (en eso sí que el
Barcelona es un buen espejo para ellos), o perdonando la segunda amarilla a
Lass Bangoura por lo mismo que hizo Ramos (una mano voluntaria estando
amonestado). No digo que nos perjudicara, de hecho pudo señalar un posible
penalti de Coentrao por mano, pero este tipo de arbitrajes se cargan un partido
de fútbol, y son la triste norma, semana sí y semana también, en nuestra Liga.
Me gustaría destacar a la pareja de centrales Varane y Pepe,
con una actuación conjunta notabilísima. Sus siete actuaciones combinadas
tienen un balance de 28 goles a favor (dos de ellos marcados uno por Varane y
otro por Pepe) y sólo 4 en contra, y para mí son nuestra mejor combinación
atrás. Aunque esto no signifique matar a Ramos, creo que esta temporada sus
errores están pesando mucho más que sus aciertos. Eso y sus ridículos pulsos a
sus superiores deben llamar a todos la reflexión sobre este jugador. Sobre el
resto, Cristiano no tuvo un día especialmente brillante, lo que al menos
esperemos que sirva para que el equipo se quite el estigma de la dependencia.
Inspirado Özil, con dos asistencias de gol. Estamos viendo que, de los genios
discutidos (Benzema, Marcelo y él) el alemán es quién mejor está respondiendo
en estas fechas críticas.
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.
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