“Los catalanes me hacen cagar”, decía en 2009 George Freche,
uno de los genios políticos de Francia, cuando le preguntaban sobre sus
compatriotas del Rosellón y la Cerdaña. Añadía que, en cuanto daban un poco de
guerra con sus reivindicaciones, se les abría un centro cultural y se quedaban
calladitos otros dos años. Ése habría sido un modo ideal de tratar el “problema
catalán” en España desde la transición, pero optamos por todo lo contrario
-montarles un mini estadito-, y así nos ha ido: hoy día, cualquier presidente
de la Yeneralitat sabe que puede ir a Madrid en plan Rey del Mambo y pedir
hasta los cromados de los baños de la Moncloa, con posibilidades ciertas de que
el presidente de turno se los dé. Pero por suerte en lo futbolero aún no ocurre
lo mismo, y el Real Madrid se opone con firmeza a la Farsa, que no sólo se ha
convertido en sucursal deportiva del nacionalismo, sino que busca el dominio
futbolístico internacional mediante todos los medios a su alcance.
En esta búsqueda de la hegemonía, los estrategas culerdos
utilizan técnicas propagandísticas muy parecidas a las de los políticos
separatistas: si el Ministerio de la Verdad catalán reescribe con esmero la
historia -no se quieren ir por dinero, es que llevan siglos “oprimidos”-, los
barcelonistas se presentan ahora como adalides de la cantera -desde Kubala a
Alexis Sánchez han firmado más cheques que Botín-, antifranquistas furibundos
-aunque sus dirigentes y jugadores tenían agujetas de tanto levantar el brazo
ante el Caudillo-, perseguidos por los árbitros -aunque a Antonio Camacho lo
apartaron de por vida por aceptar dinerito fresco de Can Barsa-, e incluso la
publicidad de su camiseta es lo más: primero lucían el logo de Unicef
(¡¡benéfica!!), luego el de Qatar Foundation (emmm… ¡¡fundación cultural!!), y
el año que viene será el de Qatar Airways (esteee…). Pero Qatar es un sitio
respetable, oiga. Allí no se le da escondite a terroristas y demás calaña.
Uno de los temas más repetidos de toda esta nueva letanía
culé es que su fútbol es el más mejor (“el estilo irrenunciable”), y
prácticamente una garantía para ganar. El Madrid mouriñano ha tenido varias
ocasiones de demostrar lo contrario y hundirlos en la miseria, pero pocas veces
ha rematado la faena (las más destacadas, final de Copa 2011 y partido de Liga
en Barcelona 2012). Hoy tenemos una nueva ocasión, y es deber de nuestro equipo
darles una buena ‘trompá’ en los hocicos, por pesaos. Aunque nuestra temporada
está siendo irregular, creo que poco a poco hemos cogido el tono, y dejando
aparte el poco acierto en el gol, estamos acercándonos a nuestro máximo
potencial. Ahora mismo la gran pregunta es si jugará Benzema o Higuaín arriba,
y personalmente creo que el francés será la apuesta de aquí a final de
temporada. Por lo demás, destacar que estamos ante el peor Barsa en mucho
tiempo, con un número de disparos por partido bajísimo, jugadores estorbándose
entre sí (Cesc-Iniesta) y un Messi un tanto apático. Añadiendo que jamás
renuncian a su estilo de posesión del balón y juego en el campo rival,
tendremos varias oportunidades de dañarlos al contragolpe.
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.
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