Hace un par de semanas volví a ver una de mis películas
preferidas, 300, y al escuchar la frase, “Llegará una nueva época, una época de
libertad. Y todos sabrán que 300 espartanos dieron hasta su último aliento para
defenderla.” me vino a la mente el Real Madrid, la lamentable tarea de
destrucción de todo aquello que esté relacionado con el conjunto blanco, con su
entrenador y el apoyo que éste tienen dentro del vestuario merengue pero,
¿están todos los jugadores defendiendo hasta su último aliento este escudo? ¿O
algún que otro jugador prefiere callar y ganarse así el beneplácito de la
prensa, la misma que intenta desestabilizar al Real Madrid?
No seré yo quien ponga en duda la calidad y la trayectoria
profesional del actual capitán y portero del Real Madrid, Iker Casillas, quien
es considerado, por la gran mayoría de los aficionados al fútbol, el mejor
portero de la historia. Pero ser capitán del equipo más laureado de la historia
es otra cosa y de un tiempo para esta parte Iker empieza a olvidarse que
madridismo es no poner la otra mejilla.
Varios han sido los episodios en los que el equipo blanco ha
sido objeto de burlas, mentiras e insultos por parte de los medios de
comunicación y de jugadores de equipos rivales. Incidentes en los que se han
infravalorado las victorias del Madrid, los goles de sus jugadores, los logros
obtenidos por su entrenador y hasta se han despreciado impunemente a aquéllos
jugadores merengues que se han atrevido a defender y a mostrar su apoyo al
técnico portugués. ¿Pero dónde estaba Casillas cuando Rosell afirmó que nos
iban a meter 5 goles en la final de la Copa del Rey para no perder la
costumbre? ¿Y cuando Xavi, días antes del inicio de la Eurocopa, se puso a
rajar sobre el Madrid y sobre José Mourinho? ¿Por qué cada vez que la prensa
afirma que el vestuario blanco es un polvorín y que ningún jugador soporta a
Mourinho son otros jugadores los que tienen que dar la cara y desmentir estas
absurdas difamaciones? No Iker, no. Ser capitán del Real Madrid no es sonreír a
la prensa y permitir que intenten desestabilizar al equipo. Ser capitán blanco
es un acto de lealtad, orgullo y honor hacia el escudo que representa a millones
de personas en todo el mundo. Ser capitán del Madrid es cuestión de actitud,
sentimiento y hombría. Cualidades que encarna a la perfección Cristiano
Ronaldo.
Desde su llegada al Real Madrid, hace casi cuatro años, las
muestras de fidelidad y amor por este escudo han sido, tanto dentro como fuera
del campo, equivalentes a la calidad que tiene en sus pies. Al portugués le
hemos visto subir, regatear, marcar goles de todos los colores, bajar y
defender como si de un central más se tratase. Pero también le hemos visto
pedir unidad a la afición y defender a José Mourinho ante los medios de
comunicación tal y como sucedió tras el partido de vuelta de Copa del Rey entre
el Madrid y el Celta.
“Tengo que pedir que paren ya”, declaró Cristiano a la
prensa tras el triunfo global por 5-2 ante el equipo gallego en la Copa, que
plantó al equipo blanco en cuartos de final contra el Valencia.
“Hay que animar y no silbar. Ya basta porque los jugadores
también sentimos dentro del campo cuando no apoyan al entrenador. Vamos a ayudar
y a estar juntos”, dijo.
“No hay que mirar atrás porque el míster se va a quedar,
tenemos mucho que ganar este año (…) Están la Champions y la Copa que
ganándolas será un año muy bueno”
¿A caso no es ésta la misión de un capitán? ¿No debe, el
portador del brazalete blanco, defender a toda costa el escudo y al entrenador
del mismo sin importarle en absoluto ganarse o no el beneplácito de la prensa
que día a día intenta perturbar al vestuario blanco? ¿No es tarea del capitán
dar la cara cuando las cosas salen bien y cuando salen mal? ¿No debe hacerles
ver a los periodistas que ensuciar esta camiseta no va a quedar impune?
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.
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