viernes, 30 de noviembre de 2012

A José Mourinho, con afecto



Querido Mou:


Te escribo desde la quietud y la tranquilidad que otorga una tarde lluviosa en la isla de Gran Canaria, para intentar hacerte llegar en la medida de lo posible, un sentimiento que creo, no te llega con la suficiente fuerza. Me he decidido a escribirte viendo como está el panorama para agradecerte de corazón todo lo que estás haciendo. A veces me imagino cómo sería la situación en tu lugar: entrando  en campos con la afición en tu contra y sintiendo el vacío de una grada vieja, sosa y ramplona cuando tienes que jugar en casa, en la casa de todos, en el Santiago Bernabéu. Imagino lo que tiene que ser entrar en la sala de prensa de Valdebebas, con todos esos buitres esperando un fallo o una mala reacción para poder atacarte cada día, y lo que debe ser también cada día, tener que leer, ver y escuchar las sandeces que se cuentan de ti. 

Imagino todo ese cúmulo de circunstancias y no puedo más que estarte agradecido por cargar sobre tus espaldas un sentimiento que no te corresponde, puesto que tu madridismo que ya no pongo en duda, te ha llegado hace pocos años. Sin embargo, a pesar de haber sido de los últimos en sentirlo, lo estás defendiendo como el que más, con toda la fiereza que exige el amor al club más grande del mundo. Tú, José, eres el bastión de millones de personas en el mundo, no te quepa duda. Sé que las palabras poco pueden ayudar cuando ves que el ejército rival parece avanzar fuerte y rápido y que la guerra se va perdiendo, pero estoy seguro de que tu fortaleza no se verá corrompida por esos mercenarios que venderían a su madre por un titular sensacionalista, por una noticia enrosada, por un reportaje ruin o un seguidor más en sus ególatras cuentas de Twitter.

Tú eres nuestra esperanza José, te lo digo con la mano en el corazón. Que no te digan gilipolleces como que el Madrid no te quiere o el madridismo no está contigo, que no te intenten convencer con mentiras podridas y palabras vanas. Tú eres la pieza clave de todo esto, como fuiste en Oporto, en Londres o en Milán, tú y sólo tú. El madridismo está contigo y espero que estas palabras que hoy te intento hacerte llegar te lo demuestre un poco más.

Recuerdos tiempos pasados José, y me echo a temblar. Veo la imagen de un vestuario roto por la corrupción interior de jugadores que aprovechaban ese escudo que tú luces con orgullo para echarse a las grandes discotecas de la capital y empaparse de alcohol y mujeres de dudosa reputación. Veo eliminaciones vergonzosas contra equipos de niveles mucho más bajo que el nuestro, ridículos europeos en la que siempre fue nuestra competición. Veo ligas perdidas y escándalos, corrupciones, desfachateces y calamidades que hacen que se me erice la piel al recordarlas. Casi una década de hastío y fracaso hasta que tú llegaste José… y ahora te quieren echar. Sólo puedo recordar en este momento esa frase que te hizo más grande todavía “¿Por qué?” La respuesta no es más clara que la pregunta: porque nos odian. Se palpa en las calles, en las redacciones de los principales medios, en los campos rivales e incluso en internet. Nos odian porque siempre estarán por detrás, no por tu culpa, que esa es otra bobada que te quieren hacer creer. Nos odian desde siempre y siempre nos odiarán, es el estigma del más grande, cosa que tú sabes bien. Nos odian desde las partes de España donde nos temen, donde nos han vuelto a respetar gracias a ti, gracias a tu gestión impecable.

Nos has vuelto a llevar a la gloria europea, a ganar títulos, a romper barreras y alcanzar las cotas más altas. Tú has sido nuestro guía en la reconducción del Madrid en lo que nunca debió perder, el rumbo de la victoria, y por eso los madridistas, los verdaderos madridistas, te queremos tanto.

Ojalá pudiera decirte todo esto cara a cara, poder despedirme con un abrazo y agradecerte de corazón todo lo que has hecho, haces y estoy seguro de que harás por nosotros. Eres el alma de este nuevo Madrid y a buen seguro que por ello intentarán herirte, hacerte caer, borrarte del mapa y echarte de nuestro lado, no dejes que lo consigan.

Te aseguro que todos estamos a muerte contigo. Nunca vi un apoyo a un entrenador como lo estoy viendo contigo José, espero que la parte de la afición del Bernabéu que tienes la desgracia de presenciar cada domingo, no te haga pensar que todos somos así. Socios hay cien mil, abonados sesenta mil, pero aficionados que queremos al Real Madrid con toda la fuerza de nuestro corazón, somos decenas de millones repartidos por todos los puntos de España y del mundo. Te prometo, con toda la seguridad que tiene mi alma, con toda la verdad que mi honor puede contener, que todo aquel que de verdad quiere al Real Madrid quiere de corazón y hasta la muerte a José Mourinho.

Atentamente y agradecido para la eternidad.

¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.

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