Tuvimos un inesperado comienzo de temporada al empatar (1-1)
con el Valencia en el Santiago Bernabéu. Sin querer echar mano del tópico de la
suerte, sí podríamos hablar de falta de definición en área contraria y de
contundencia en la propia como factores que evitaron que nuestra superioridad
en otras facetas de juego se viese recompensada. Personalizando, Alves acertó
en las muchas ocasiones madridistas y Casillas falló en la única ocasión
valencianista. Por lo demás, partido típico de comienzo de temporada:
cansancio, ritmo bajo y mucho a perfilar todavía. La peor noticia, dos puntos
aparte, las lesiones de Pepe y Di María, que esperemos no sean graves.
Si consideramos a Coentrao titular, dos fueron las suplentes
que presentó Mourinho en el once: Lass por Khedira e Higuaín por Benzema. Sobre
este punto se pueden discutir dos cuestiones: primero, ¿era conveniente
reservar? Es cierto que el Valencia es un equipo peligroso, pero también es
verdad que teniendo el partido de la Supercopa entre semana (igualmente
discutible si no se debió priorizar la Liga en lugar de la Supercopa por mucho
que el rival de esta última sea superior) y habiendo venido la mayoría de
internacionales de largos viajes con sus selecciones, puede que rotar no fuera
una opción y sí una obligación. La segunda cuestión es, ¿esas rotaciones
estuvieron bien seleccionadas? En el caso del centro del campo, sin Khedira
perdimos recuperación de balón, mientras que Lass estuvo mal, como de
costumbre, pero no estuvo ahí la clave del resultado. Nuestros fallos, como se
ha dicho, estuvieron más en las áreas que en el medio. Sobre la titularidad de
Higuaín en perjuicio de Benzema, pese a haber vuelto el argentino con el mismo
estilo trabado que acostumbra (y que parece que se acrecienta a cada año que
pasa) hizo lo que se le pide a un delantero: en esencia, ser contundente; un
gol y un balón al palo. Aunque el resultado dé pie a las críticas, lo cierto es
que individualmente ninguno de estos dos jugadores tuvo la culpa del mismo, al
menos en mayor proporción que sus compañeros.
El comienzo del partido iba encarrilado hacia una victoria
cómoda. El Valencia, con el “espectáculo” de Gago en el medio, no daba ningún
miedo, y el Madrid, tras un par de avisos con disparos desde fuera, marcó el
primero en un fantástico pase elevado de Di María sobre Higuaín, quien, tras
dos rechaces a la desesperada del mono araña Alves, acertó a la tercera. El gol
hizo al equipo de Pellegrino tratar de tener más el balón, cargando sus ataques
por banda derecha con un Arbeloa algo despistado, pero nunca con fuego real,
siendo su balance ofensivo prácticamente nulo. Mientras, los nuestros
esperaban pacientemente las contras.
Nada a lo que no estuviéramos acostumbrados, quizá a un ritmo más lento que el
habitual por la temprana fecha. Destaco en este primer tiempo la intención
atacante de Fabio Coentrao en el lateral. Como decía antes, pese a las críticas
a la alineación, con la misma estábamos siendo bastante superiores.
Tras una falta más que discutible de Cristiano Ronaldo en el
sector derecho del ataque visitante, el Valencia encontraría el inesperado
empate. Tino Costa puso el balón al centro del área, y Casillas salió tarde y
mal, quedándose a mitad de camino y dejando a Jonás marcar a placer. Para
colmo, la jugada terminó con un terrible choque de cabezas a tres bandas entre
el propio Casillas, Pepe y X.Alonso. Pareció que Iker, por sus gestos, era el
que estaba en peor estado, sin embargo fue Pepe a quien se sustituyó para la
segunda parte. El portugués se hizo una brecha bastante aparatosa y estuvo la
noche en observación, pero esperemos que no pase de ahí y que podamos contar
pronto con su presencia. Sobre los fallos de Casillas a Balón de Oro, perdón, a
balón parado, pues ya son todo un clásico y siguen costándonos puntos. Sin
discutir sus virtudes, es asombroso cómo se hace tanto por ignorar sus
defectos. Llevamos años viéndole fallar en jugadas así y nunca la más mínima
voz crítica.
El segundo tiempo empezó con la sustitución antes comentada
de Pepe, primera por lesión en este partido. Después, Di María también
abandonaría tocado el terreno de juego. Dos cambios por lesión sin duda dejan
poco margen estratégico. Fue esta segunda parte el momento para Alves, quien
con providenciales intervenciones a disparos de Özil, Benzema o Callejón, salvó
un punto para su equipo. El resultado era bueno para un Valencia conformista,
así que pasamos a tener el mando sin mucha oposición. Xabi Alonso,
inconmensurable (como durante todo este verano) gobernaba en el medio, mucho
más cómodo en cuanto se sustituyó a Lass. Respecto al ataque, Cristiano Ronaldo
estuvo extrañamente gris, Özil intermitente y Di María muy activo. Fue el
propio argentino protagonista de las dos únicas ocasiones que no tuvo que
salvar el portero ché, un gran centro para el cabeceo al larguero de Higuaín y
un remate fuera tras pase de Özil. Con los cambios acabamos con una gran
acumulación atacante, entrando Callejón y Benzema. Se puede decir que fue la
falta de pegada (sí, esa por la que ganamos siempre los partidos, según
algunos) lo que nos impidió vencer. En los últimos diez-quince minutos vino el
bajón y no pudimos ofrecer un toque de corneta para acabar el partido en área
contraria, terminando el encuentro con un empate que deja mal sabor de boca.
Habría que destacar que, tras 45 minutos de constantes
pérdidas de tiempo, debiendo entrar los sanitarios en un par de ocasiones, el
Sr. Delgado Ferreiro sólo añadió tres minutos, es decir lo correspondiente a
los cambios y tirando. Esto ahora no será debate (cuando algún aspecto del juego
perjudica al Madrid en un partido no lo es) pero habría que plantear al menos
como experimento el jugar a tiempo real, es decir, que el reloj corriese sólo
cuando el balón estuviese en juego, parándose con las interrupciones. Aunque
hubiese que reducir la duración del partido (a 60 minutos, por ejemplo), creo
que el espectáculo saldría ganando. Los descuentos son ineficaces, sobre todo
cuando se aplican sin criterio, como en este caso.
Tras un verano sin fichajes, comenzar la Liga con un
tropiezo era la excusa deseada para que muchos se quitaran la careta y
volvieran a despotricar. Pero bueno, mantengamos la calma. Se ha visto en los
últimos años cómo los fallos de los grandes en las primeras jornadas han sido
habituales. El físico no suele estar a tope, los conjuntos no están ensamblados
del todo y los viajes con las selecciones no ayudan precisamente. Hicimos un
juego sólido (si bien no calificable de brillante) que nos aseguraría la
victoria en la mayoría de los escenarios. Sobre la posibilidad de fichajes,
insisito en lo que vengo diciendo en los últimos días; Xabi está bien pero si
no llega un refuerzo al mediocampo, acabará sufriendo un bajón como el del año
pasado. Con el esperado Modric (aunque el tema se haya enfriado en las últimas
48 horas) la medular madridista ganaría con respecto al curso anterior,
independientemente de si se va Sahin, quien casi ni se consideraría una baja
porque el año pasado no contó. En cuanto al lateral derecho, no descubro la
pólvora si digo que Arbeloa es mejorable en ataque. En defensa suele cumplir,
pero ofensivamente quizá necesitaríamos otro jugador que aportase cosas que él,
por su estilo de juego, no es capaz de ofrecer.
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.
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