Algunos madridistas se quejan con amargura de que nuestros
jugadores salieron a tocarse los ‘timbales’ en las muy nobles tierras
zaragozanas. Otros dirigen sus iras hacia Mourinho, por no poner sobre el
césped al mejor equipo posible, desperdiciando así las opciones que nos quedan
de ganar la Liga. Yo creo que ambos grupos se equivocan. Miren ustedes, jugar
al fútbol es muy difícil, sobre todo por su naturaleza colectiva. Incluso
aunque un jugador se encuentre en una forma cojonuda, tiene que coordinarse con
otros diez tipos más. Además, los automatismos son cruciales, y no vale con
cambiar un muñeco por otro y esperar que apliquen el sistema, porque los
jugadores, como los amantes, tienen que aprender a conocer los gestos de los
otros, sus costumbres y manías. Así que cuando sacas a un equipo menos
habitual, es normal que los jugadores se hagan un lío del carajo. ¿Que el otro
día pasaron de todo? No lo creo, sinceramente: salieron a jugar honestamente,
quizá no a hacer el partido de su vida, pero sí a ganarse el condumio.
No podemos obviar tampoco el factor físico: aunque nosotros
los vemos en la pantallita como monigotes de la Playstation, todas las
investigaciones apuntan a que son gente de verdad, que entre vuelos
internacionales y partiditos de selección llegan un poco perjudicados a los
compromisos con sus clubes. Hay veces en que el cuerpo simplemente no te da,
asumámoslo, y por mucho que digamos que nosotros daríamos hasta el último
aliento si tuviéramos el privilegio de vestir la camiseta blanca, para ellos es
su trabajo, y en cualquier trabajo hay cosas que no te motivan lo suficiente,
sobre todo cuando estás de bajón físico. Vale que tenemos derecho a exigirles
lo máximo en todos los partidos, pero es algo poco realista.
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.
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