domingo, 3 de marzo de 2013

Remate final


Tras el gol de Sergio Ramos que daba el segundo triunfo sobre el Barcelona en cuatro días, desde el Fondo Sur se iniciaba el famoso cántico: ¡José Mourinho, José Mourinho!, ¡José Mourinho, José Mourinho! Un cántico que venía acompañado en los últimos meses de silbidos por un sector del Bernabéu. La ovación hacia el entrenador fue unánime, tanto en la previa del partido cuando resonó su nombre por megafonía como al final del partido. Mourinho ha cambiado la tendencia en los últimos clásicos. El Barcelona sólo ha logrado una victoria en los últimos ocho enfrentamientos. Hoy, ante un equipo con muchos jugadores reservas, volvió a caer derrotado. Los blancos ya tienen el punto de mira en Manchester, donde el entrenador portugués alineará el mismo once que venció por 1-3 en el Camp Nou.

Apostar por Pepe y Modric en el medio ante un Farsa muchos lo considerarían una locura. Y si en el once titular también aparece Morata en la funciones de extremo izquierdo, apaga y vámonos. Quizá se entienda como un indicativo de ausencia de competitividad de cara al importante partido del próximo martes. Pero no; este equipo es generoso, trabajador y tácticamente perfecto ante un Barcelona que solo llegó un par de veces al área defendida por Diego López. El Madrid se encontró con un gol tempranero gracias a un inspirado Morata, que metió un centro perfecto para que Benzema empujara el primero a placer. El plan era evidente: aguantar hasta la entrada de Cristiano Ronaldo para dar el estacazo al conjunto culerdo. Se pudo ir al traste todo con el gol de un Messi apático y distante. La presión de Sergio Ramos deja mucho que desear en el gol.

La Farsa tocaba y tocaba, como si la posesión en campo propio repercutiese en una excusa visible ante la nula falta de ideas en línea de tres cuartos. El Madrid le dejaba recrearse en zonas en las que no había peligro. Pepe se multiplicaba como Ambrosini en San Siro, mientras que Modric ponía la esencia para dar coherencia a la salida del balón. El partido lo adormecián y lo hacían aburrido los culés esperando la salida de un agitador que despertase al Bernabéu de su letargo, que se encontraba en plena polémica con Jordi Alba. Seguro que Del Bosque toma nota de ciertas actitudes, ya que eso de presionar y perseguir a los colegiados se aleja de la deportividad que impone el seleccionador… Cristiano agitó el árbol y desencadenó un final perfecto para los blancos. Con anterioridad, Morata, intenso en el juego áreo y con mucha personalidad, tuvo en sus botas el gol de la victoria.

Cuando ya agonizaba el partido, un córner ejecutado por Modric fue cabeceado con violencia a la red por Sergio Ramos. El sevillano se elevó por encima de Piqué, en un duelo por las alturas que ejemplifica el salto que ha dado el Real Madrid en este tipo de partidos. Dos gigantes, Varane y Cristiano, lideran esa reacción  comandada por un Mourinho que aplaudía el buen hacer de sus pupilos. Camuflan como autogestión un cambio claro y evidente, pero que debe quedar con un mensaje claro: "Si nos creemos que hemos hecho algo extraordinario, el martes podemos lamentarlo". El Madrid se enfrenta en tres días a la historia y maldición europea en un escenario histórico. Favoritos o no, lo evidente es que el conjunto blanco funciona ya como un verdadero equipo.

¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.


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