martes, 19 de marzo de 2013

No se pongan histéricas


Los futbolistas de élite están muy malacostumbrados: cuando las cosas van mal, nunca dejan de cobrar sus estratosféricos sueldos (son rarísimos los casos en los que se da una reducción de ficha), pero cuando van bien, no sólo cobran primas extraordinarias por ganar títulos (¡¡que es ni más ni menos que su trabajo!!), sino que exigen renegociar sus contratos al alza, algunos incluso con frecuencia anual (como es el caso de hormonas Messi). Con esta dinámica, lo raro es que un jugador vaya cumpliendo su contrato tranquilamente y éste se renueve en su último año o penúltimo año, que sería lo normal en cualquier empresa. Y por ello, vemos escenas de histeria cuando parece que alguna estrella se muestra remolona a la hora de renovar, por más que tenga un buen puñado de años firmados, o haya alcanzado una edad ya respetable.

Así, no es raro que lleven casi un año dándonos la paliza con la renovación de Cristiano Ronaldo, especialmente desde el tema de la tristeza, que dio pie a tantas y tantas especulaciones. ¿Pero qué prisa hay? A Cristiano le quedan ésta y otras dos temporadas, podría esperar perfectamente hasta Mayo del 2014 para renovar y no habría ningún agobio. O incluso, por qué no, renovar en su último año, el 2015. ¿O es que acaso se caería el mundo? No, el planeta seguiría en su sitio, incluso aunque el portugués decidiera no seguir. Muchos están olvidando que el rendimiento de los futbolistas no es eterno, y que, aunque algunos tienen un declive muy suave, otros se vienen abajo de sopetón, a menudo antes de la treintena (¿os acordáis de Figo?). No, de verdad, que renueve cuando quiera, o que no lo haga; éste sí que tiene derecho a decidir, y no los putos separatistas catalanes.

Hombre, yo admito que la respuesta que dio ayer a Olga Viza en la entrega de los premios Marca, perdón, Macarra, da para bastante debate: preguntado sobre si ya era un hombre feliz, se limitó a esbozar una sonrisa sardónica. ¿Qué le pasa exactamente? El Balón de Oro ya ha pasado, así que no es probable que sea eso. ¿Dinero, cariño, continuidad de Mou…? Es muy complicado saberlo, y el nivel de la prensa es tan penoso que ni siquiera hay un periodista de confianza al que Cristiano pueda ofrecerle una entrevista en la que al menos se vea el por qué de su descontento. Pero sinceramente, yo creo que acabará renovando, porque es lo más cómodo para él. Pocos equipos le compensarán más en el aspecto deportivo, económico y de imagen.

Otro caso es el de Xabi Alonso, que no va a decidir su futuro hasta que acabe la temporada. Aquí sí que ya es absurdo que salten las alarmas: hablamos de un jugador que, aunque es muy importante en el esquema de juego, lleva en una suave línea descendente desde hace dos años, y cada vez hay que dosificarlo más. Acabará el año que viene con los 32 cumplidos, y realmente hay que pensar más en buscar un relevo que en atar a un tipo que puede ser una losa para el club en el final de su carrera (¡como si no hubiéramos visto bastantes ejemplos!). Hoy dice el periódico El Economista que el vasco podría salir este mismo junio, pero se trata de un medio rabiosamente antimadridista y le doy poquísimo crédito. Y aunque así fuera, tan sólo adelantaría la necesidad ya existente de cubrir su puesto. La evolución de Modric nos da esperanzas al respecto.

En resumen, no hay motivos para agobiarnos por estas tonterías, ya nos llegarán otros motivos de apuro. Los contratos largos son pésimos para la motivación de los futbolistas. La fórmula ideal son extensiones de tres años para los jugadores jóvenes (con la excepción de algún megacrack) y de dos para los más veteranos. A ver si algún día se impone el sentido común en este terreno.

¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.

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