Aparte de la titularidad de Casillas, varias eran las
novedades que presentaba ayer el once titular. En defensa, Pepe, lesionado y
Coentrao, en la nevera, daban lugar a repetir la línea del último partido, con
la novedad de Ramos por Varane. En el medio parecía que el equipo se situaría
en 4-3-3 con Modric, Xabi y Khedira, quedando Özil, Ronaldo y Benzema en ataque.
En la práctica se jugó más a un 4-3-1-2, con Özil en la punta del rombo y
Benzema y Cristiano como atacantes. Esta formación es, en cierta medida, novedosa,
sacrificando una banda (Di María/Callejón) para ganar un mayor control en el
centro. Los próximos partidos dictarán si se trataba de un cambio
circunstancial para dar seguridad al equipo o si es una formación que puede ir
consolidándose, sobre todo hablando de eliminatorias.
El comienzo del Madrid, tal y como sucedió ante la Real, se
caracterizó por una rápida búsqueda del gol. Éste no se hizo esperar mucho, y
pasados dos minutos Cristiano recibió un saque lateral de Arbeloa, miró el
horizonte y, desde su esquina favorita, mandó uno de sus característicos
misiles al fondo de la red. Golazo. El portugués, puede que animado por su
acierto, realizó un gran partido, y la nueva disposición del equipo le dio
mucha libertad de movimientos para aparecer por todos los frentes de ataque.
Pese a que el gol viró el sentido de la eliminatoria, el Madrid siguió en el
mismo plan. Fuerte presión, rápidas recuperaciones de balón y un centro del
campo guiado por la visión de Modric y el trabajo de Xabi, que mandaba en el
partido como quería. Fruto de este control logramos el 2-0 pasados 24’.
Excepcional pase en profundidad de Modric para el desmarque de Cristiano Ronaldo,
que enganchó su segundo gol mostrando gran serenidad ante el portero Sergio.
Un par de decisiones arbitrales polémicas impidieron al Madrid
aumentar el resultado: la primera de ellas fue del linier, que levantó el
banderín con Cristiano un metro por detrás del último defensor céltico, dejando
al delantero madridista de una situación inmejorable de gol (de hecho
terminaría marcando). Después Ayza Gámez castigó sólo con amarilla una falta de
último hombre del defensor visitante Túñez, obviando aquello de “ocasión
manifiesta de gol” (ya saben, lo que le costó la roja a Adán el domingo pasado,
cuando ni siquiera era el último). En vez de un hipotético 3-0 ante diez
jugadores que lo habría resuelto todo, nos quedamos con un 2-0 que dejaba al
Celta vivo.
Nuestro bajón en el segundo tiempo fue notable, aunque nunca
llegamos a ver peligrar la clasificación. Probablemente pueda achacarse a la
salida de X. Alonso -que estaba siendo de los destacados-, por un esguince
cervical que, esperemos, no lo tenga mucho tiempo fuera. Varane fue el
encargado de ocupar su lugar, pasando primeramente al centro de la defensa y
desplazando a otros dos jugadores (Ramos al lateral, Essien al mediocentro). La
entrada de Aspas, mejor jugador de los de Herrera (que había hecho rotaciones
priorizando la Liga), provocó el cambio táctico, regresando Varane al lateral
derecho (posición que ha ocupado bastantes veces en los últimos tiempos) y
Ramos al centro. El caso es que nuestro peligro se extinguió casi por completo,
y el Celta, que no había llegado en el primer tiempo, tuvo la ocasión de
apretar a Casillas un par de veces, mostrando el capitán buenos reflejos. Casi
no recordábamos a Iker haciendo paradas mínimamente exigidas, así que quizá la
terapia peligrosa de Mourinho no fuese tan mala idea. La expulsión de Ramos a
falta de 18 minutos pudo complicar la historia, pero terminamos sentenciando en
la recta final. Cristiano culminó su triplete en una contra implacable, y un
par de minutos después asistió con acierto a Khedira para cerrar la cuenta.
Dejando aparte el excepcional partido del portugués, creo
que tanto Xabi como Modric se adaptaron muy bien al nuevo sistema, les dio más
protagonismo. El donostiarra pareció menos desgastado físicamente, y el croata
tuvo mucho contacto con el balón. Khedira también estuvo acertado en la presión
y vio premiado su trabajo con un gol. Despistado Benzema arriba, falló
controles impropios en él. Ya hemos dicho que, en lo que se refiere a cifras
individuales, debe exigírsele más. En defensa, quizá por los cambios de
posición, vi flojo a Essien. Lo considero un jugador enorme, pero su rol parece
ser algo ingrato. Carvalho sigue progresando y ganando puntos para volver a
tener un papel importante en el equipo madridista. En cuanto a Ramos, dejó
según el acta una serie de insultos al árbitro que pueden costarnos caro en
forma de sanción. Con todos los problemas que tenemos atrás debe cuidarse más
de estos comportamientos, a veces parece que se deja el cerebro en casa.
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.
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