domingo, 26 de febrero de 2012

Tacón de campeón


Momento del partido. Tras varios rebotes en el área del Rayo, el balón llegó a Cristiano Ronaldo. Estaba de espaldas a la portería de Joel, y además la presión de Pulido le obligaba a salir del área. Y de repente apareció el genio. Cristiano levantó su pierna derecha y soltó un taconazo que atravesó un bosque de piernas para clavarse junto al palo derecho de la portería del Rayo. Un gol para la historia, un gol que puede valer una Liga. Un taconazo que pone al Madrid mas campeón de Liga cada semana que pasa.

El partido empezó con Kaká titular. El brasileño podrá estar para muchas cosas, pero para arrimar el hombro en partidos de pocos espacios y jugados con el cuchillo entre los dientes, seguro que no. Las cosas se pusieron a los tres minutos, cuando una tontería de un atacado Ramos acabó con amarilla para el sevillano.

Diego Costa vio el filón y comenzó a meterse entre los centrales blancos, buscando las cosquillas a Pepe y Ramos en cada acción, tanto por las buenas como por las malas. Con Xabi Alonso completamente desubicado sobre el campo, el portugués y el sevillano las pasaron canutas ante el brasileño. Tanto que el segundo mereció la expulsión (en una jugada que hubiera sido penalti, además) por un codazo al jugador rayista y el portugués bordeó el cortocircuito mental en un par de ocasiones, aunque finalmente logro controlar al Mr Hyde que lleva dentro.

La primera mitad fue precisamente eso: un Madrid al borde de un ataque de nervios, sin encontrar jamás su sitio sobre el campo, todo el juego ofensivo cortado por Javi Fuego y Movilla, y que sólo creó peligro en un pase de Marcelo al Pipa que el argentino se emperró en finalizar (mal, como su partido: acabó sustituido) pese a que su lado Ronaldo estaba desmarcado y en dos tiros del portugués que no encontraron la portería de Joel.

El descanso parecía una bendición para el Madrid. Por primera vez en muchísimo tiempo, el equipo apareció partido, descompuesto, poco solidario con el compañero y reservón en el esfuerzo. Llevaban tiempo sin sentirse esto, pero todas las costuras quedaron al descubierto en ese mal primer tiempo al que se llegó con un 0-0 que era, de largo, la mejor noticia posible tras el pobre juego mostrado.

Como viene siendo costumbre, la bronca que debió pegar Mou en el vestuario tiene pinta de que fue de traca. Desde el segundo uno, la actitud de los blancos fue completamente diferente al de la primera mitad. El equipo apareció ordenado, presionando a la zaga rayista y, por fin, metiendo al rival en su propio campo.

Y llegó la obra de arte de Ronaldo, un recurso que sólo está al alcance de los más grandes. Un golazo que servía para serenar los ánimos, para consolidar el juego del Madrid en ese segundo tramo y para apaciguar durante media hora el fuego rayista que tan complicadas puso las cosas en la primera parte. No fue fácil, ni con ese taconazo. Porque Michu, que acabó injustamente expulsado, falló una ocasión imperdonable y porque Casillas, por fin, volvió a hacer una parada de las suyas, algo que no se recordaba desde Sevilla.


Al final se suman los tres puntos y cada vez queda menos. Se acerca el alirón. Es cuestión de tiempo.


¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.

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