miércoles, 28 de septiembre de 2011

¡¡Esto si que es pegada!!

Un Real Madrid letal en ataque despejó todas las dudas despertadas durante la mala pasada semana vapuleando al Ajax en el Bernabéu con tres golazos para recordar durante mucho tiempo. Cristiano Ronaldo, Kaká y Benzema firmaron tres obras de arte, cada una de ellas con distinta firma pero con el mismo destino: la red de Vermeer, el portero del Ajax. De menos a más hasta la tranquilidad absoluta, el Madrid hizo un muy buen partido, magnífico, jugando sus cartas a la perfección y sobreponiéndose a una salida de los holandeses que dio miedo.


Porque el Ajax salió mandón, presionando muy arriba; el Madrid se atascaba en la circulación y a los 30 segundos Casillas logró sacar un disparo del rival tras una jugada similar a la del sabado ante el Rayo. Cuando el Madrid adelantó líneas, ahogando la circulación holandesa, y Alonso se colocó entre los centrales, a modo de libre, el encuentro se volvio de cara madridista. Todo lo espantoso que tiene Alonso como medio centro organizador lo tiene de maravilloso lanzador de pases de 40 metros. Y desde ahí comenzo un recital de juego ofensivo blanco culminado con tres golazos.

Sobre todo el primero, una contra fulgurante, colosal, que reunió precisión, espacio y velocidad a partes iguales y que quedará en la retina como posiblemente el mejor gol de este 2011. Kaká aceleró la jugada, Ronaldo hizo una apertura sencillamente magitral sobre Özil, este aguantó hasta meterle el pase exacto a Benzema y el frances metió un pase cruzado al corazón del área para que Cristiano, quién si no, apareciera para machacar a Vermeer. Sencillamente, para quitarse el cachorro, menudo golazo.

Había aparecido Kaká a chispazos, pero desde ese momento comenzó a crecer su influencia en el partido. Y no sólo por el centro y a la contra, sino en todos los aspectos de juego. La transformación que ha sufrido este jugador esta temporada es, sencillamente, asombrosa. El fuelle aún no le da para aguantar más de 60-70 minutos a tope, pero vuelve a parecerse mucho al jugador que fuera en el Milan antes de que comenzaran sus problemas con las lesiones. Él fue el encargado de anotar el 2-0, al borde del descanso, en una jugada de contra, al igual que el primer gol, pero iniciada en un pase de 40 metros de Alonso que bajó Ronaldo y Kaká controló y cruzó con la zurda desde fuera del área. De libro, aunque no tan bonita como la del primer gol.

Y luego llegó el 3-0, en una jugada en la que el Madrid controló la posesión durante un minuto, en la que intervino todo el equipo hasta que Alonso encontró de nuevo en largo a Arbeloa, el espartano (bien su partido ayer) abrió a Kaká y el brasileño, tras irse de un jugador del Ajax, le dejó el gol en bandeja a Benzema. Contra de velocidad, contra de desplazamiento y abuso de la posesión. Tres golazos, tres maneras de entender el fútbol.

Poco más había ya que rascar. El Madrid se relajó un poco dejando que Iker sacara una buena mano tras cabezazo del defensa Verthongen y una exhibición de facultades de Varane. 
La peor noticia fue que Benzema se tuvo que retirar tocado en los abductores, una mala noticia para una plantilla un poco corta  y que en caso de que deje al francés en la enfermeria por unos días dejará pocas, muy pocas, alternativas atacantes al equipo. 
Y la buena, que debutó Hamit Altintop, el que iba a estar hasta Navidad en el dique seco y que ha clavado los tres meses de baja que se pronosticaron tras su operación: de 27 de junio a 27 de septiembre. Pero lo importante fueron los tres goles, los tres golazos. Seis puntos y el camino a Múnich se va despejando.

¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas

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