Los partidos del Madrid se han convertido en una guerra de
desenlace incierto. La suerte tampoco parece acompañar, ni mucho menos el
árbitro, capaz de obviar un nuevo gol del equipo de Mourinho y condicionar el
encuentro al dejar en el campo a Manucho por una clara agresión sobre Sergio
Ramos. A partir de esas premisas vimos a un gran Madrid llevar la iniciativa
del partido, sobreponerse a los errores del 'mejor portero del mundo' y
remontar el partido gracias a un magnífico Özil.
Muchas de las críticas hacia el equipo se concentraban en la
falta de intensidad y desidia en tramos de los partidos. Pues bien, poco se
puede reprochar en ese aspecto al equipo de Mourinho. Pero cuando parecían
haber quedado en el olvido los fallos ante el Valencia, el Getafe y el
Manchester City, volvieron aparecer los fantasmas en el José Zorrilla. Manucho
remataba en el área pequeña los dos goles del conjunto vallisoletano,
condenando al Madrid a un adiós de campeonato liguero sin haberse comido el
turrón. Sin embargo, un Madrid serio y con una presión asfixiante en el campo
rival quería morir en la arena. Y el protagonista más frío y que menos
transmitía en el campo durante los últimos meses, hizo su aparición en el
escenario más helado: Mesut Özil.
¿Cuánto tiempo llevaba el madridismo esperando a Mesut Özil?
La jugada del 2-2 parece fruto de una vida pasada, que me ha llevado al
recuerdo de un slalom ante el Atlético de Madrid en el Bernabéu en pleno
enamoramiento del aleman por aquella época. Quizá sea un punto de inflexión en
la temporada para el jugador. No lo sé. También tuvo sus buenos minutos Modric,
que es la asignatura pendiente de Mourinho de cómo poder acoplar a semejante
jugador en la red de Xabi/Khedira/Özil. Ante el Celta en Balaídos tendrá una
nueva prueba para seguir viendo su evolución. Mientras tanto, el que no
desaprovecha sus oportunidades es Callejón, que con constancia, cabezonería y
esfuerzo ha puesto en un dilema a un irregular Di María.
Como pasaba en su día con los últimos años de Raúl, la
crítica sobre Iker Casillas es inexistente en los principales medios de comunicación.
"Es amigo de…., no puedo darle caña con ese tema en el programa” decía un
periodista anoche. "Estoy agotado de los tíos malos. Me niego a pensar que
por ser un cabrón eres mejor entrenador: Es un maleducado, un antipático y un
macarra.", argumentaba sobre Mourinho otro famoso periodista en una
conferencia. Y en el día que Mourinho prescinde de Nacho y Arbeloa, coloca a
Xabi Alonso de central y termina por remontar el partido, podemos leer en
Twitter a otro reconocido periodista: "Özil ganó a Mourinho". Miles
de ejemplos para argumentar la campaña de acoso y derribo contra Mourinho,
mientras que a Casillas se le premia por ser 'un gran tipo', como si los demás
deportistas se dedicaran al robo en su tiempos libres, y se silencian sus
calamitosos fallos semana tras semana.
¡¡HALA MADRID!!
Madridistas de Firgas.
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